El Presupuesto no recogerá el alza tributario pactado con Podemos. Paraliza la subida impositiva antes de presentar las Cuentas en Bruselas. Moncloa insiste en mantener su reforma fiscal y la retrasa para 2022.
El Gobierno cede y frena, por ahora, el alza fiscal en el Impuesto sobre Sociedades y en el IRPF a rentas altas que pactaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Según fuentes cercanas a la negociación de los nuevos Presupuestos, el Ejecutivo está dispuesto a paralizar esta subida impositiva tras las consecuencias económicas generadas por la pandemia del coronavirus Covid-19.
El Gobierno quiere así asegurar unos Presupuestos para el siguiente ejercicio, en la línea con lo exigido por la Unión Europea. Moncloa debe presentar las cuentas este mes ante Bruselas. Como límite, el 1 de octubre el Ejecutivo tiene que remitir e Europa su proyecto de Presupuestos Generales del Estado, para que sea tramitado en el Parlamento en un plazo de tres meses. Además, el 13 de octubre el borrador de las cuentas tiene que estar en manos de los expertos europeos, para poder desbloquear los 140.000 millones de ayudas para España del fondo de reconstrucción.
Pese a la paralización del alza fiscal a rentas altas y Sociedades, el Gobierno sí quiere incluir este año las subidas en los Impuestos Especiales, sobre todo, el que grava los carburantes, así como los medioambientales. Para estas subidas tiene más respaldo europeo, pues Bruselas exige reformas en materia fiscalidad medioambiental. De hecho, es uno de los ejes en torno a los que gira la política fiscal europea.
Por otra parte, el Gobierno estudia también una reforma del IVA, que en este momento en España tiene un tipo general del 21%. Aunque aún no se ha decidido, por el momento los negociadores se inclinan más por una reforma de los tipos reducidos que una subida tipo general para 2021, en la línea de lo recomendado por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
La hoja de ruta fiscal seguirá
El Gobierno, sin embargo, mantiene su hoja de ruta fiscal de subida de impuestos. Este año, como consecuencia de la pandemia, considera que «no es el momento» de aplicar sus reformas y que «hay que esperar a que se produzca de nuevo un crecimiento robusto de la economía española para que tengan los efectos deseados», tal y como reconoció el 28 de agosto la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
Por ello, Moncloa retrasa estas subidas fiscales. Las previsiones del Gobierno son incluirlas en los Presupuestos de 2022 y las medidas más ambiciosas se pospondrán para los de 2023. De esta forma, El Gobierno asegura que los Presupuestos de este año son solo el inicio de un plan de reformas estructurales que desarrollará entre 2021 y 2023.
La subida fiscal es uno de los grandes proyectos del Gobierno de coalición. En los Presupuestos fallidos de 2019, Moncloa incorporó el tipo mínimo del 15% en el Impuesto sobre Sociedades para las grandes empresas y el aumento del IRPF para las rentas superiores a 130.000 euros.
El Ejecutivo sostiene que su objetivo «es alcanzar la presión fiscal media europea». De este modo, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, propuso en mayo aumentar la recaudación de la Hacienda Pública un 37%. La ministra subrayó en una entrevista la necesidad de recaudar 80.000 millones de euros más al año.
Por su parte, una amplia mayoría de fiscalistas rechazan ahora las subidas de impuestos del Gobierno. La Asociación Española de Asesores Fiscales (Aedaf) ha remitido un informe a Hacienda en el que rechaza tacha el alza de «demagógica» y la considera muy perjudicial para la recuperación económica.
Los fiscalistas proponen una batería de medidas entre las que destaca una deducción extraordinaria en el Impuesto sobre Sociedades de hasta el 60% de la cuota del Impuesto sobre Sociedades de 2019 para las empresas que acrediten una reducción sustancial de su actividad o rendimientos y un tipo superreducido del 4% para el IVA de determinados servicios turísticos, el transporte y la hostelería.
Fuente: ElEconomista.es