La electricidad soporta un IVA del 21% y un gravámen especial del 5,11269632%.
La factura de la electricidad que nos pasan normalmente todos los meses por el banco contiene dos impuestos: uno especial del 5,11269632% y el IVA correspondiente, del 21%. Lo curioso es que ambos impuestos se pagan en el recibo aunque no haya habido consumo de luz.
El denominado impuesto especial sobre la electricidad del 5,11269632% nació en el primer Gobierno de José María Aznar, en 1998, como «coste específico asignado a la minería del carbón» y, aunque la generación eléctrica con ese mineral es ahora residual, los consumidores siguen pagándolo. El Estado recauda unos 1.500 millones de euros por este gravámen a través de las eléctricas.
Además, está situado en la factura de forma estratégica, ya que afecta a los dos conceptos más importantes de la misma, la potencia contratada y la energía suministrada. Por eso, aunque el consumo sea cero, el impuesto siempre sale positivo, sean pocos céntimos o varios euros.
A la suma de la facturación por potencia, la energía consumida y el impuesto especial, se añade el alquiler de los contadores (0,026557 euros el día). Y sobre este total se aplica el 21% de IVA.
Ambos impuestos suponen aproximadamente el 22% del total de la factura. El 41% son costes regulados (renovables, transporte, distribución, déficit de tarifa, etc…) y el 37% es el coste de la energía.
Fuente: Abc.es