Las familias españolas destinan, de media, un tercio de sus ingresos a pagar impuestos. Esta es la principal conclusión del estudio Factura fiscal de los hogares españoles, elaborado por el servicio de estudios del Consejo General de Economistas de España (CGE), que fue publicado ayer. El documento estima el impacto conjunto de los principales tributos, incluyendo IRPF, IVA, Impuestos Especiales, cotizaciones sociales, primas de seguros y gravámenes municipales, para concluir que su peso oscila entre el 31,7% y el 35,3% de las rentas de los españoles.
El documento del Consejo de Economistas, elaborado junto al Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) y con la colaboración de expertos del Instituto de Economía de Barcelona, detalla, por ejemplo, que una familia formada por una pareja con dos hijos con unos ingresos mensuales conjuntos de 3.639,75 hace frente al pago de impuestos por 1.153.42 euros (un 31,69% de sus ingresos), lo que deja en mano del hogar una renta mensual disponible de 2.486,33 euros. «Eso es lo que les quedaría para pagar los gastos de alquiler de vivienda, luz, agua, gas, teléfono, comida, transportes, ropa, colegios… ¿Creen ustedes que esa renta resultante, después de pagar impuestos, dará para atender a tantas necesidades?», se cuestionó el presidente del Consejo de Economistas, Valentín Pich, que consideró la situación «sangrante». «Situaciones como esta deberían hacernos pensar en lo importante que resulta gestionar de forma eficiente los recursos públicos dada la enorme incidencia que las cargas fiscales pueden suponer para muchas familias», agregó.
El documento detalla que el grueso del esfuerzo fiscal proviene del pago del IRPF, con tipos medios que oscilan entre el 13,76% y el 17,23% en función del tipo de familia, que luego se eleva con el resto de figuras tributarias hasta una horquilla de entre el 31,71% y el 35,35%.
Así, en el caso de una familia formada por una pareja con un hijo que ingrese un total de 28.078 euros anuales, la renta mediana del país, la factura fiscal se descompondrá en: 1.182 euros de IRPF; 1.783 en cotizaciones a la Seguridad Social; 2.026 euros en IVA; 983 euros de Impuestos Especiales (77 de alcohol, 356 de tabaco, 12 de electricidad y 358 de carburantes); 384 euros del Impuesto de Bienes Inmuebles; 104 del de Circulación; 94 de basuras; y 83 en impuestos sobre la prima de seguros (16 del hogar, 23 de salud, 33 del coche, y 11 de otros seguros).
Aunque a priori los resultados del estudio podrían sugerir que la imposición fiscal puede «resultar regresiva», por la similitud de tipos aplicables en la mayoría de tributos, los autores consideran que finalmente «la regresividad que presentan en general el resto de los gravámenes es corregida, en cierta medida, por el impuesto sobre la renta», explica Myriam Rodríguez, investigadora del servicio de estudios del CGE. «El IRPF cumple su función», concuerda Salvador Martín, director del servicio y coordinador del trabajo.
Finalmente, el informe constata que la presión fiscal del IRPF tiende a estabilizarse a partir de cierto umbral de rentas (unos 130.000 euros anuales), aquellas que quedan más sujetas a los tipos que operan sobre el capital (del 19% al 28%), dado que son inferiores a las del trabajo (con marginales de hasta el 54%, según la región).