Cinco autonomías reducen el impuesto sobre sucesiones en 2018 y los expertos constatan una competencia a la baja
Los asesores fiscales denuncian un uso «exagerado» de la capacidad normativa de las comunidades autónomas.
Bajar los impuestos que gravan las herencias y subir la fiscalidad sobre la compraventa de inmuebles. Esta es la tendencia que se observa cuando se analizan los cambios tributarios aprobados por las comunidades autónomas. El informe anual Panorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral que elabora el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) refleja que las comunidades han aprobado 732 tipos, reducciones, deducciones o bonificaciones. Ello refleja, en opinión del REAF, un órgano especializado del Colegio de Economistas, un uso «exagerado» de las capacidades normativas.
El REAF señala que hasta cinco autonomías han rebajado el impuesto sobre sucesiones para las herencias entre familiares directos en 2018. Son Andalucía, Asturias, Castilla y León, Extremadura y Murcia. Solo han optado por subirlo Cantabria y Navarra. El REAF divide en dos a las comunidades autónomas en función del impuesto sobre sucesiones. Para las herencias del grupo I (hijos menores de 21 años), se pagan importes simbólicos en Asturias, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura, Madrid, Murcia, La Rioja, Navarra y País Vasco. En el resto de comunidades, no se tributa si se cumplen ciertas condiciones. Por ejemplo, en Andalucía se ha fijado un límite de un millón de euros.
Para las herencias del grupo II (cónyuge, padres e hijos mayores de 21 años), el impuesto sobre sucesiones prácticamente no se paga en Navarra, País Vasco, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Galicia, Extremadura, Madrid, Murcia y La Rioja. En el resto es posible no tributar, pero hay que cumplir ciertos requisitos.
El REAF siempre pone como ejemplo la tributación de una herencia de 800.000 euros que recibe de sus padres un contribuyente soltero de 30 años. En 2018, Andalucía es la comunidad en la que menos impuestos se pagarían. La cuota para este ejemplo sería de cero euros, ya que el límite de tributación en la comunidad presidida por Susana Díaz asciende a un millón de euros. Andalucía. En Canarias también se pagaría muy poco (134,23 euros). El coste fiscal no superaría los 2.000 euros en Madrid o Murcia. En el lado opuesto, el heredero de 800.000 euros abonaría 155.394 euros en Aragón. Le sigue Asturias (103.135 euros) y Castilla y León (81.018 euros).
¿Qué sucedería si en lugar de dejar 800.000 euros en herencia a un hijo se realizara una donación por el mismo importe? En este caso, Andalucía sería la comunidad autónoma donde más se pagaría. La cuota alcanza los 208.159 euros. En cambio, prácticamente no se abonaría nada en Canarias (200 euros) y muy poco en Madrid o Murcia (2.000 euros).
En el impuesto sobre sucesiones y donaciones lleva años produciéndose una competencia fiscal a la baja. Justo al revés sucede en el impuesto sobre transmisiones patrimoniales. En 2018, solo Cantabria ha incrementado este tributo, pero muchas autonomías optaron por elevarlo en ejercicios anteriores. Por defecto, el impuesto sobre transmisiones patrimoniales, que grava la compraventa de viviendas de segunda mano, está fijado en el 6%. Un gravamen que solo se aplica en Madrid y Navarra. En Canarias es del 6,5% y del 7% en La Rioja y País Vasco. El resto de comunidades gravan la compraventa de inmuebles a tipos entre el 8% y el 10%. Algunas comunidades (Cataluña, Extremadura o Valencia) han fijado gravámenes progresivos, es decir, se paga más cuanto más cara es la vivienda que se compra.
Por la adquisición de un inmueble de 150.000 euros, en Cantabria, Cataluña y Galicia se pagan 15.000 euros frente a los 9.000 euros de Madrid. El presidente del Consejo General de Economistas, Valentí Pich, apuntó que no tiene sentido que el impuesto sobre transmisiones patrimoniales sea tan alto en el contexto actual, donde hay un gran stock de viviendas. También defendió que sería positivo revertir las subidas tributarias cuando la situación económica mejora.
IRPF
Extremadura y La Rioja son las dos únicas comunidades que han modificado los tipos impositivos en la tarifa autonómica del impuesto sobre la renta. Aun así, la mayoría de autonomías han aprobado modificaciones en el último año. De hecho, la estructura del IRPF es distinta en cada una de las comunidades autónomas. Cataluña es la comunidad que exige una mayor carga fiscal a las rentas bajas. Extremadura mantiene el IRPF más elevado para las rentas medias y la Comunidad Valenciana para los salarios que superan los 80.000 euros. En el lado opuesto, Madrid es la región que exige un menor esfuerzo fiscal a todas las rentas.
Impuesto sobre el patrimonio
El tributo que grava con, carácter general, la riqueza neta que supera los 700.000 euros no se aplica en Madrid. Es la única comunidad que no aplica el impuesto. El resto sí que mantienen un tributo que recibe muchas críticas y que se ha suprimido en todos los países de la UE. Las dos únicas excepciones son Francia, que lo eliminará próximamente, y España.
Tributos propios
El REAF destaca que las comunidades autónomas mantienen 82 impuestos propios. Considera que son excesivos y que además, su incidencia recaudatoria es baja. Solo aporta el 2,2% de la recaudación. Cataluña cuenta con 18 impuestos propios y es la comunidad que más figuras fiscales mantiene. Para el ejercicio en curso ha creado cuatro gravámenes. Tres de estos impuestos han sido declarados inconstitucionales.
Fuente: Cincodías.com