Diálogo estéril entre Hacienda y la patronal, que critica la presión fiscal a la industria.
España tiene fama internacional como la mejor liga del mundo. Deportivamente, pocos lo discuten. Pero, a la hora de hablar del capítulo económico, las cosas son muy distintas, según critica La Liga. La patronal del fútbol considera que “fiscalmente nuestros jugadores son los más penados de Europa”, como ha denunciado Javier Tebas, presidente de la patronal de fútbol, y como muestra la letra pequeña de la ley que explica Javier Gómez, director general corporativo de la entidad a EXPANSIÓN.
El ejecutivo distingue tres capítulos: comisiones a los agentes, fiscalidad a impatriados y derechos de traspaso. Un trío que facilita la fuga de talentos del fútbol español a otras competiciones, como la inglesa, pues a un jugador “le sale hoy mejor en sus cuentas competir en la Premier que en LaLiga”. Inglaterra “puede pagar más por un jugador costándole lo mismo que a un equipo como el Madrid, a lo que debes sumar que en Inglaterra los ingresos por televisión son superiores”.
Es algo que el ejecutivo no comprende si se tiene en cuenta que el fútbol supone en España más del 1% del PIB, está en pleno crecimiento y, además, aporta 1.200 millones en impuestos indirectos al Estado. Son motivos por los que La Liga dialogó durante un año con Hacienda sin resultados. Ahora todo está en el aire.
Comisiones a agentes
Gómez destaca, en primer lugar, las comisiones. En España, la Inspección de Tributos está interpretando que el pago que realizan los clubes a los jugadores es un ingreso de esos deportistas como rendimiento del trabajo”. “No admite que el agente esté intermediando para llegar a un Javier Gómez, director general de LaLiga. Mauricio Skrycky acuerdo”, explica.
¿Y qué significa esto? Que, según los tipos vigentes en España, unos honorarios de 1.000 euros se convierten prácticamente en el doble, esto es, que se duplica el coste para los clubes españoles. “Esto merma muchísimo la competitividad de los clubes de España: para competir necesitan pagar a veces hasta el doble que el resto de ligas europeas”.
La Liga incide en este punto: no se opone a la legislación global al sector, pero sí reclama que sea igual para toda Europa. Y, todo ello, por un doble motivo. De un lado, porque el castigo fiscal se une a la incertidumbre derivada de que no hay reglas escritas como en otras competiciones, sino que todo depende de la interpretación de las inspecciones, Y, por otra parte, porque todo se enmarca en un escenario en el que el resto de competiciones tienen reglas muy distintas –ver apoyo–, tanto de forma no escrita –caso de Inglaterra– como formuladas en ley, como sucede en el resto. “Pedimos el mismo trato”, apunta Gómez en referencia a las comisiones a agentes. “Esto nos está haciendo muchísimo daño, lo lógico es que fuera un gasto deducible para el jugador”, dice en relación a este capítulo.
Sobre la fiscalidad a los impatriados en España se ha excluido a los jugadores profesionales de la Ley Beckham, concebida para captar talento. “Mantienen a todos menos a los futbolistas”, apunta Gómez. “Pero no todos cobran 20 millones de euros, algunos ingresan 400.000 euros, menos que los ejecutivos de grandes empresas a los que se les aplica ese régimen”.
Mientras, Inglaterra, Italia y Francia mantienen regímenes ventajosos para los jugadores profesionales respecto a La Liga. Mientras, en derechos de traspaso, la Inspección española está interpretado los convenios para evitar la doble imposición internacional. Así “cuando un equipo argentino vende un jugador en España, la operación debe tributar en España, lo que no sucede ninguna otra gran liga europea”.
Fuente: Expansión.com