La gran empresa se harta de la crispación: «Si no vamos juntos, no saldremos de esta».

Posted by JJL | 22 octubre, 2020

Fainé, Goirigolzarri y Garamendi reclaman consensos y estabilidad. Juan Roig pide hacer compatible salud y economía. Pallete advierte de que el avance de la digitalización puede dejar víctimas.


Miércoles por la mañana del 21 de octubre y dos mundos paralelos. En el Congreso de los Diputados, palabras gruesas y dardos políticos en pleno debate de la moción de censura de Vox contra el Gobierno. En Valencia, en el marco del congreso de directivos organizado por la Fundación CEDE, algunos de los principales empresarios del país reclamando consensos, moderación y acuerdos para afrontar la mayor crisis sanitaria y económica de los últimos cien años, con España abocada a una recesión profunda de su economía, anestesiada ahora con cuidados paliativos a través de expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y una manguera multimillonaria de liquidez en forma de créditos del ICO e inyecciones de deuda del Banco Central Europeo.

«Los representantes políticos deben acordar y comprometer una agenda de reformas estructurales amplias, profundas y estables. Culminar reformas de esta envergadura pasa por alcanzar consensos políticos amplios. Y en esta materia, solo podemos confiar en la racionalidad de nuestros líderes políticos. Por ello, me sumo a las voces de quienes reclaman, a las distintas fuerzas políticas que estén a la altura que exige el momento actual. Y que antepongan los intereses del conjunto del país a cualquier otra consideración», reclamó el presidente de la Fundación CEDE y de la Fundación La Caixa, Isidre Fainé, en el acto de clausura, protagonizado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, por la ministra de Economía, Nadia Calviño, y el rey Felipe.

«Es importante que concentremos la agenda política en las cosas que preocupan a los ciudadanos y abordemos la crisis desde el punto de vista sanitario y económico, en salvar vidas y crear puestos de trabajo. Hay que priorizar los problemas», señaló el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, en una mesa de diálogo con el presidente de Mercadona, Juan Roig, moderada por la exministra de Hacienda, Elena Salgado.

Fainé: «Solo podemos confiar en la racionalidad de nuestros líderes políticos. Me sumo a las voces de quienes reclaman que estén a la altura»

El congreso de CEDE sirvió para concluir que la gran empresa está ahora bastante distanciada de la clase política, a la que reclama, por un lado, que se ponga de acuerdo y trabaje en la búsqueda de consensos, como por ejemplo con la configuración y aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Y, por otro, que confíe y cuente con los empresarios para desarrollar las inversiones necesarias para superar la crisis, también en la ejecución de los fondos europeos Next Generation que debe recibir España si finalmente los aprueba la Unión Europea. «Las autoridades tienen que poner un marco de seguridad jurídica y laboral. Pero a partir de ahí los auténticos protagonistas van a ser los agentes del mundo empresarial porque son los que van a conseguir que esos fondos se inviertan», señaló Goirigolzarri.

El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, auguró un importante desplome de la economía como consecuencia del covid, con una caída del 14% del PIB y una cifra de paro del 22%. No obstante, lanzó un mensaje de resistencia: “Es rendirse y morir o luchar y salvarse”, asestó tras recordar que España había superado ya varias crisis en los años setenta y noventa en el siglo pasado y la gran recesión de 2008. “La resistencia se consigue a partir de la colaboración. Si no vamos juntos no saldremos. Basta de ensoñaciones y demagogias, hay que trabajar en forma de cogobernanza y colaboración público-privada”.

Bonet reclamó al Gobierno y a las administraciones ayuda para las empresas para que “nadie que sea viable se quede atrás” y que “los que no sean viables se adapten”. “No debemos dejar caer a las empresas”, insistió. Para ello, dijo, es clave el papel de los bancos por el recurso a la deuda y la financiación como mecanismo de sustento en la actual situación de crisis. “El sistema bancario debe de ser ayudado con una revisión temporal de la regulación”, señaló el presidente de la Cámara de Comercio.

Garamendi reivindica a la banca

También Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, puso en valor el papel de la banca en la creación de redes de seguridad para las empresas. Recordó que han sido los “malvados” —ironizó— bancos los que han desembolsado 200.000 millones de euros en créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial y reivindicó la necesidad de que tantos estos como las empresas sean capaces de mantener los beneficios. “Las empresas tienen que dar dinero”, señaló citando al presidente de la Fundación La Caixa, Isidre Fainé, quien ha afirmado que sin dividendos de CaixaBank no es posible desarrollar la obra social.

Garamendi pidió cirugía fina a la hora de desplegar medidas de gasto y deuda para sostener la situación. “Estamos en un momento coyuntural. Los ERTE y los ICO han sido clave para proteger el empleo y poder hibernar a las empresas, pero son coyunturales. No podemos meternos en gastos estructurales con deuda y déficit”, advirtió. Y reclamó continuidad en los acuerdos presupuestarios de forma que los PGE de 2021, si finalmente salen adelante, «no sean para los próximos cinco años», como ha ocurrido con las cuentas de 2017 diseñadas por el exministro del PP, Cristóbal Montoro, todavía en vigor.

Roig: «Hay que respirar y comer»

Los grandes empresarios mostraron su preocupación sobre los efectos de la pandemia en la economía y cómo el diseño de las medidas de restricción puede repercutir negativamente en el tejido productivo. Juan Roig advirtió que España afronta una crisis que puede prolongarse hasta 2022 y comparó salud y economía con «respirar y comer». «Las dos cosas las tenemos que hacer, primero respirar y luego comer. Si nos quedamos todos en casa a ver quién nos vende el papel higiénico», bromeó. «Nos hemos desviado muchos a la salud y poco a la economía», dijo, aunque matizó que «primero va la salud y luego la economía».

Quizás porque su compañía apenas tendrá un papel que jugar en el reparto de los fondos europeos de reconstrucción, Juan Roig, manifestó que no cree «que los fondos sean tan importantes». Y apeló al esfuerzo que hacen las propias empresas en periodos de incertidumbre. «De las grandes crisis salen las grandes oportunidades. Nosotros (dijo en referencia los empresarios valencianos) en el siglo XVIII no sabíamos ni hablar castellano ni inglés y ya exportábamos. Esto lo sacaremos adelante las empresas y los trabajadores», dijo.

El principal accionista de Mercadona reveló que su empresa ha gastado 300 millones de euros en adaptarse a la crisis sanitaria para garantizar la salud de trabajadores y clientes e hizo una metáfora sobre cómo enfoca la compañía la crisis sanitaria y económica. «Estamos dentro del Himalaya haciendo un túnel y no sabemos cuánto tiempo vamos a estar así. Nosotros pico y pala y hacer el agujero del túnel del Himalaya. Tenemos la ventaja de tener las infraestructuras. Lo que tenemos que hacer es no hablar tanto de la vacuna y estar con el pico y la pala», insistió.

Garamendi reclamó sensibilidad para hacer compatibles los dos objetivos en un momento en el que un nuevo estado de alarma y los toques de queda sobrevuelan sobre la segunda ola de contagios de coronavirus. «Se puede perfectamente gestionar la pandemia con la economía y cuidado con no hacerlo porque si no, tendremos un gran problema», afirmó. «En Cataluña se ha cerrado la hostelería de golpe y no creo que la hostelería sea la responsable. Los cierres masivos son peligrosísimos porque ponen en riesgo a 350.000 locales comerciales de hostelería en España, que son familias y pequeños comercios. Hay que tener responsabilidad en lo que estamos haciendo», insistió.

En su diálogo con el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, puso en valor que la pandemia haya acelerado los procesos de digitalización en las empresas y las organizaciones de trabajo «entre tres y cinco años». A la vez advirtió de las víctimas sociales que el avance en la digitalización puede dejar por el camino. Según, Pallete esa aceleración en los procesos virtuales puede repercutir favorablemente en el PIB en cerca de 1,5 puntos y en una mejora de la productividad del 15 o el 20% en las pymes. Pero advirtió: «Eso va a generar desigualdades, gente que tendrá acceso y gente que no. Hay que tratar esa desigualdad porque sería malo socialmente no hacerlo».

 

Fuente: ElConfidencial.com

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