La compañías, que ya manifestaron en público su oposición a una subida de impuestos, despacharon con el presidente sobre cooperación exterior.
Era cuestión de tiempo. Y llegó el día. Reunir a toda la plana mayor del empresariado español es siempre harto complicado. Y más desde que se decidió dar por concluida la aventura del anterior Consejo Empresarial para la Competitividad (CEC) y sus obligadas reuniones con el presidente del Ejecutivo español de turno y el Rey. Ayer lograron cuadrar agendas y aprovecharon un encuentro ya agendado. Una veintena de patronos de la Fundación Carolina, entre los que se encuentran algunos de los presidentes de las principales compañías del Ibex 35, se reunieron con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa. Y, aunque el presidente se ha reunido durante el mes de agosto individualmente con algunos de ellos, en esta ocasión les citaba para comunicarles impresiones tras su reciente «road show» por tierras iberoamericanas.
Sin embargo, se esperaba mucho más de este encuentro, dado los acontecimientos de la última semana. Parecía que la reunión era más urgente si cabe de lo esperado. El Gobierno, que negocia y ultima con Podemos los Presupuestos Generales del Estado de 2019, quiere elevar la presión tributaria a las empresas fijando el tipo mínimo del impuesto de Sociedades en el 15% y eliminando deducciones.Si bien los empresarios ya se han manifestado en público en contra, siguen a la espera de saber definitivamente por dónde les viene «el hachazo».
Pues bien. Ayer «no tocaba», como decía aquel. «Se habló de lo que sí estaba previsto y de las impresiones que el presidente trae del otro lado del Atlántico», dice uno de los empresarios que acudieron a la cita. Sánchez, tras hacer un breve repaso a la actividad de la Fundación en sus 18 años de historia y reconocer su papel vertebrador en las relaciones entre España e Iberoamérica, agradeció el apoyo de las entidades privadas que conforman el patronato, a las que animó a seguir «acompañándonos en este nuevo ciclo en el que el Gobierno de España va a renovar esfuerzos en cooperación exterior». Se habló también diplomacia cultural española e impulso a la ciencia y la innovación, pero de planes fiscales para las empresas… nada.
No hubo ni preguntas ni reproches al respecto al presidente. Tras su discurso, y el de alguno de los miembros de su Gobierno que le acompañaban -José Borrell, en este caso-, almorzaron distendidamente. Algunos de los primeros espadas de las grandes empresas pudieron acudir a la cita, como Florentino Pérez (ACS), Borja Prado (Endesa), Antonio Brufau (Repsol, Jesús Nuño de la Rosa (El Corte Inglés), Pablo Isla (Inditex), José María Álvarez-Pallete (Telefónica), Ángel Simón (Agbar), Luis Gallego (Iberia). Otros tuvieron que delegar en segundas líneas directivas su representación por motivos de agenda.
Lo esperado por mercados y expertos era que Sánchez utilizase la cita para garantizar al empresariado el compromiso del Ejecutivo socialista con la estabilidad, pero al mismo tiempo le exigiera un esfuerzo fiscal.
Ajustarse a los límites del déficit
Las razones esgrimidas por el presidente Sánchez están en el compromiso del actual Gobierno con la Comisión Europea de tener las líneas sobre las cuáles estructurará los próximos Presupuestos para 2019 y las medidas que tendrá que aprobar para acometer todo el gasto social que planea introducir en ellos. Cabe recordar que Bruselas le exige, como al resto de Estados miembros, que el 15 de octubre a más tardar presente ya un borrador.
Ayer mismo, la ministra de Economía, Nadia Calviño, recordaba -incluso al propio Sánchez-, momentos antes de estrenarse en el primer Eurogrupo del nuevo curso en Viena, que la negociación sobre los presupuestos entre el Gobierno y Podemos tendrá que ajustarse a los límites de control del déficit marcados desde la UE.
«El Gobierno español tiene clara una senda de déficit y unos objetivos de consolidación presupuestaria, que nosotros anunciamos y explicamos, y son plenamente coherentes con las discusiones que están teniendo lugar», dijo la ministra, que en ningún momento quiso hablar de que haya un acuerdo con la formación morada, sino que por ahora las reuniones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tiene como objetivo «establecer parámetros que puedan guiar la acción y la estabilidad política del país en los próximos meses», informa Enrique Serbeto desde Viena.
Fuente: Abc.es