El actividad irregular tiene un coste de cerca de 70.000 millones para las arcas públicas. Madrid y las forales, donde menos trabajo en b hay; Andalucía, Extremadura o Castilla-La Mancha, donde hay más.
La economía sumergida supone un lastre para la economía española. La actividad informal supone una merma de casi el 23% en la recaudación de impuestos, lo que equivale a cerca del 6% del PIB, según un estudio publicado recientemente por Funcas. Es decir, que el trabajo en negro resta casi 70.000 millones de euros a las arcas públicas. El informe revela que el fraude es mayor en Andalucía y Canarias y menor en Madrid y las comunidades forales (País Vasco y Navarra).
¿Cree usted que en España existe mucho fraude fiscal, bastante, poco o muy poco? Es una de las preguntas que el CIS realiza cada año y que arroja unos resultados desoladores: el 97% de los encuestados en 2016 contestaron que en su opinión el fraude sobre los principales tributos es muy alto.
Cuentan en los vetustos pasillos del Ministerio de Hacienda que uno de los recientes ministros del ramo fue hace años a comprar productos de jardinería para arreglar el huerto que tenía en su casa de la sierra. Era fin de semana y el ministro llevaba gorra y gafas de sol porque hacía calor. Tras gastarse unos cientos de euros en macetas, tierra y otros aperos, el dependiente de la tienda le preguntó si quería la factura con IVA o sin IVA. El ministro se enojó y se fue sin comprar nada.
El fraude fiscal se extiende como una mancha de aceite por todos los sectores económicos del país a lomos de la economía sumergida, informal o irregular. No entiende de clases sociales, actividades o profesiones. Así lo pone de manifiesto un reciente informe elaborado por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) y dirigido por el catedrático Santiago Lago. «En la práctica totalidad de los estudios nos sitúan hoy por encima de la media de los países de la OCDE y de la eurozona», señala la publicación respecto a la economía en b. El documento sitúa en el 23% la pérdida de recaudación por la evasión fiscal. «Esto equivale a cerca del 6% del PIB», reza el documento. Es decir, casi 70.000 millones se escapan de las arcas públicas por esta lacra y alejan a España de la media europea en ingresos públicos. Y por tanto, reducen la posibilidad de tener unos servicios públicos d
e más calidad. El informe analiza una decena de estudios sobre la economía informal comparada con otros países que sitúan esta actividad opaca en España entre el 18,5% y el 24,5% del PIB.
«La economía sumergida aumenta tendencialmente en los años ochenta y la primera mitad de los noventa, en paralelo a la normalización en presión fiscal en España en el contexto internacional», subraya la publicación. Aunque no logra concluir si aumenta en los años de crisis o no, lo cierto es que en el viejo caserón de Aduanas situado en la calle de Alcalá de Madrid, donde tiene la sede Hacienda, se tiene la convicción de que el fraude fiscal aumenta en las recesiones. Para justificarlo apuntan a las bases imponibles de los impuestos sobre el consumo. Estas crecen a ritmos muy superiores a la economía en épocas de bonanza, porque dicen los expertos, afloran actividades que durante la crisis se escapaban del fisco para ahorrar impuestos.
Los expertos que participan en el estudio explican que el nivel de recaudación real es equivalente al 33% del PIB mientras que la recaudación potencial asciende al 41%. «Combinando ambos porcentajes se puede llegar la conclusión de que la brecha fiscal —que puede incluir los beneficios fiscales— es del 20%», señalan. Estos sitúan el fraude fiscal en el 20% para el IRPF y en el 35% para el IVA.
Madrid, con menos fraude
El documento trata de analizar la economía sumergida entre las comunidades autónomas. Aunque advierte de que los resultados deben analizarse con «cautela» concluyen: «La economía sumergida es mayor en Canarias, Andalucía, Castilla-La Mancha y Galicia». Los autores admiten que sus estimaciones pueden estar contaminadas por la estructura productiva, la tasa de paro o la presión fiscal de cada territorio.
A pesar de ello sitúan a Madrid como la comunidad donde menos economía informal hay, seguida de Cataluña, Asturias y Cantabria. «Las comunidades forales muestran niveles de economía sumergida inferiores al resto». De hecho, el País Vasco presenta una actividad informal casi un 30% inferior a la media y Navarra un 25% menor solo por detrás de Madrid. El documento recuerda que las autonomías con mayor presión fiscal son más propensas a tener más economía en negro.
Fuente: ElPais.com