España no aplica un gravamen específico y aunque su tipo es de los más altos de la UE, sus beneficios fiscales también son de los más altos.
La pandemia del Covid-19 y la crisis económica que ha causado amenazan con elevar la presión fiscal sobre las empresas familiares en los próximos años, según alertan los analistas de KPMG en el informe Private Enterprise Global Family Business Tax Monitor, publicado ayer, en el que evalúan la situación en 54 jurisdicciones.
De ellas, 15 tienen un Impuesto de Sucesión específico, como es el caso de EE UU, que aplica un tributo de patrimonio especial, y 16 cuentan con un Impuesto de Donación que se aplicaría a las transferencias “inter vivos”.
En este universo, el documento “aprecia una cierta tendencia a introducir cambios en las normativas fiscales de diversos países relativas a la transmisión de empresas familiares”.
Dentro de este marco, “España, Francia, Irlanda, Países Bajos, y Reino Unido tienen los tipos impositivos más altos de los países analizados en Europa para la transmisión sucesoria de una empresa familiar de 10 millones de euros, antes de aplicar exenciones”.
Una vez aplicadas, sin embargo, la presión fiscal española es una de las más bajas, pasando en ese ejemplo del 35% a apenas el 1%.
En España no existe una normativa fiscal específica para este tipo de empresas, si bien el Gobierno aspira a homogeneizar al alza los gravámenes autonómicos en Patrimonio o Sucesiones.
Fuente: Cincodías.com