Se basa en una inspección por el IVA y el Impuesto de Sociedades de 2011 y 2012.
Lactalis, la empresa láctea francesa propietaria de marcas como Puleva o Lauki y que el pasado jueves tuvo que retirar todas las leches en polvo para bebés por una contaminación por salmonela en Francia, ha tenido que asumir también una reclamación de la Agencia Tributaria en España por importe de 13,6 millones de euros.
Según explica la compañía en sus últimas cuentas anuales, en junio de 2014 recibió una comunicación con el inicio de actuaciones de comprobación e investigación por el IVA y el Impuesto de Sociedades de los años 2011 y 2012.
Y una vez concluida la misma, la Inspección de Hacienda ha procedido a levantar actas por 10,25 millones, firmadas por la empresa en disconformidad y por otros 3,32 millones más, en conformidad. Lactalis explica, no obstante, que la Inspección concluyó, a pesar de estas reclamaciones, que no había habido ninguna infracción tributaria, por lo que no se impuso ningún tipo de sanción y las reclamaciones han quedado finalmente abonadas durante el pasado ejercicio. A 31 de diciembre de 2016, la sociedad tiene abiertos ahora a inspección fiscal los cuatro últimos ejercicios de todos los impuestos que le son de aplicación y, en el caso del Impuesto sobre Sociedades, los últimos cuatro impuestos presentados y los ejercicios en los que se ha interrumpido la prescripción. No obstante, Lactalis apunta que, de acuerdo con sus asesores, no existen contingencias fiscales que pudieran derivar en reclamaciones significativas.
En las cuentas individuales de Lactalis Iberia se refleja que el pasado ejercicio la sociedad alcanzó una facturación de 633,1 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 1,68 por ciento respecto a 2015. El resultado después de impuestos de la compañía se redujo, sin embargo, un 91 por ciento, hasta 1,8 millones. Lactalis tendrá que hacer frente ahora este año al coste de la paralización total de su fábrica de Craon, en la región del Loira, que es donde se producían las leches para bebés.
Además, la empresa tendrá que enfrentarse a demandas judiciales por parte de organizaciones de consumidores en Francia. En España, es algo que no ocurrirá por ahora, salvo que se dé algún caso de bebé afectado.
Fuente: ElEconomista.es