Los décimos y boletos premiados que caducan sin ser cobrados, un gran negocio para el Estado.
Despistarse a la hora de cobrar un décimo o un boleto premiado es algo que al Estado le sale muy a cuenta. Son premios que la Sociedad de Loterías y Apuestas del Estado (Selae) se ahorra por descuido o extravío. Y la cuenta, cada año, asciende a decenas de millones de euros.
Esta es una de las multimillonarias fuentes de ingresos que se anota esta empresa pública cada ejercicio. En 2017, Selae se embolsó por esta vía 53 millones de euros. Es lo que sumaron los décimos y boletos que, pese a haber resultado premiados, no fueron presentados a tiempo para ser cobrados, según se desprende de la última cuenta de resultados de esta empresa pública.
En 2016 esos mismos despistes le reportaron a Hacienda –la dueña de Selae- otros 50,6 millones de euros; 49 millones de euros en 2015; 45,3 millones de euros en 2014, y unos 45,5 millones en 2013.
Selae gana mucho más con los boletos caducados que con sus inversiones financieras. Y eso que por esta vía, la financiera, también se anota ingresos multimillonarios cada ejercicio. En 2016 ganó 3,69 millones de euros por rendimientos financieros, y 3,4 millones de euros en 2017. Este 2018 espera obtener también algo más de tres millones de euros de resultados financieros.
Fuente: Abc.es