Hacienda trabaja ya en el diseño de unos Presupuestos Generales del Estado expansivos para 2025, con miras a contentar a los socios parlamentarios y tratar de afianzar así la legislatura, aunque su margen de maniobra estará limitado por las cortapisas que imponen las nuevas reglas fiscales europeas. El primer paso, según fuentes conocedoras del plan, será aprobar en el Consejo de Ministros del próximo martes un nuevo techo de gasto para 2025 que, dentro de los topes impuestos por la Comisión Europea, se eleve por encima del de las cuentas públicas de 2023, prorrogadas este año.
Hacienda terminó de recopilar ayer las peticiones de gasto del resto de ministerios del Ejecutivo de coalición formado por PSOE y Sumar. Con dicha información, las peticiones que ya han ido planteando el resto de fuerzas políticas a un Gobierno en minoría parlamentaria y la trayectoria de referencia del gasto trasladada por Bruselas a finales de junio a cada Estado miembro, el departamento que dirige la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, trabaja ahora en la cuadratura del círculo que supone el diseño de unas cuentas que permitan cumplir los planes de la coalición, recabar los apoyos necesarios para sacarlas adelante y respetar a la vez los compromisos comunitarios.
Conviene recordar que el límite de gasto no financiero inicialmente previsto para el abortado proyecto presupuestario de 2024 suponía un incremento interanual del 0,5% hasta los 199.120 millones de euros, incluyendo las ayudas europeas del programa Next Generation. Sin embargo, el aumento de recursos nacionales previsto -que es el que vigilará Europa- era del 9,3%, hasta los 189.215 millones, un orden de magnitud al que previsiblemente el Gobierno tenga que renunciar en esta ocasión.
Las nuevas reglas fiscales mantienen los límites tradicionales de déficit en el 3% del PIB -que España se ha comprometido a alcanzar este mismo año- y 60% de deuda -frente al 108% actual- pero la nueva variable de control es el gasto neto de medidas de ingresos, que hay que modular hasta garantizar una senda de consolidación presupuestaria. La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) calcula que para cumplir el nuevo marco Bruselas exigirá a España que limite el incremento del gasto al 2,7%, después de años superando el 4,5% y frente al 3,8% actual, si bien el Gobierno tendrá margen para ir más allá mientras lo compense con alzas de impuestos.
En este sentido, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, recordó ayer que los nuevos Presupuestos servirán para hacer permanentes los impuestos temporales a banca y energéticas (con algunos ajustes), mientras que el Gobierno ya ha puesto en marcha un calendario de retirada de las rebajas fiscales sobre energía y alimentos para su desaparición en 2025.
La Airef calcula que la inercia provocaría un crecimiento del gasto de 26.000 millones que el Gobierno deberá recortar en 10.000 millones anuales desde 2025, mediante la presentación en septiembre a Bruselas de un plan de ajustes interanual a cuatro años vista (por 0,63 puntos de PIB al año) o de cerca de 7.000 millones a siete años (0,43 puntos) si compromete reformas estructurales.
El Gobierno obtendrá algo de margen adicional ya que aprovechará también el Consejo de Ministros del próximo martes para revisar al alza el cuadro macroeconómico situando el crecimiento del PIB de 2024 «más cerca de ese 2,5% al cual están tendiendo los analistas domésticos e internacionales que del 2% actual» del Ejecutivo, anunció ayer Cuerpo en un desayuno informativo de Europa Press.
Cuerpo se mostró «optimista» en cuanto a las opciones del Gobierno de sacar adelante el nuevo proyecto presupuestario pese a que será fraguado en paralelo a la negociación de investidura del president de la Generalitat, que difícilmente permitirá contentar a la vez a ERC y a Junts, cuyo respaldo necesitará en el Parlamento nacional para aprobar las cuentas.
«Nos encontramos ante una excelente ventana de oportunidad, en un punto de inflexión en cuanto a las posibilidades para nuestra economía a futuro», defendió ayer Cuerpo. «Una vez superada la crisis del Covid, recuperada la senda de crecimiento previa y afrontando la segunda parte del Plan de Recuperación, tenemos que asegurarnos de que nuestro modelo de crecimiento equilibrado pervive en los próximos años, de que tengamos una economía que vaya creciendo de manera fuerte, generando nuevos empleos y reforzando la cohesión social, de manera sostenible desde el ámbito medioambiental y fiscal», apuntó. Los planes del Gobierno, anticipó, pasan por enfrentar los retos comunes con Europa («mantenimiento del Estado del bienestar, descarbonización de nuestras economías y adaptación al rápido cambio tecnológico») y los particulares del país, que pasan por «alcanzar el pleno empleo, rompiendo esa brecha del paro estructural del 12%, y cerrando la histórica brecha de productividad con los líderes europeos y mundiales».