El vicepresidente del BCE reclamó que la respuesta está en replantear las actuales políticas fiscales.
Los estímulos fiscales se han convertido en el nuevo mantra del BCE que, después de años de abogar por una estricta disciplina presupuestaria capaz de dar credibilidad al euro, ahora insiste de forma reiterada en que los países con mayor margen empiecen a abrir el grifo del gasto. Después de activar la enésima batería de estímulos monetarios, es la vía que el BCE contempla como fórmula complementaria y más efectiva para afrontar la creciente desaceleración económica de la zona euro. Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, insistió hoy en ese llamamiento a políticas fiscales más expansivas e incluso reclamó un replanteamiento del actual Pacto de Estabilidad y Crecimiento y la creación de un instrumento fiscal común para la zona euro.
«Es importante contar con un instrumento fiscal con gobernanza comunitaria, con tamaño y capacidad de actuación anticíclica. Ese es el futuro», señaló. Guindos añadió que «la cuestión es si el Pacto de Estabilidad y Crecimiento permiten hacer frente a la desaceleración». Y reclamó que la respuesta está en replantear las actuales políticas fiscales y en «tener una política fiscal agrupada que combine con la política monetaria». De hecho, Guindos ha abogado por una combinación más profunda entre política monetaria y fiscal, como la que rige en otras regiones como EEUU, sin citarlo, y por que los países con unos niveles reducidos de déficit público y de deuda sobre PIB emprendan una expansión del gasto. El resto debe mantener «una política prudente y conservadora».
Ese instrumento común e institucional de política fiscal europea sería una suerte de presupuesto con el que apoyar a países en dificultades, centralizado y dirigido por un superministro a nivel europeo, según explican fuentes cercanas al BCE.
Guindos insistió además en las actuales limitaciones de la política monetaria, que ha asegurado «no es todopoderosa». «El BCE sigue teniendo instrumentos pero la actual política monetaria tiene efectos laterales que pueden ser perjudiciales. Hay que buscar un permanente equilibrio», ha señalado en alusión a los efectos adversos de los tipos negativos.
El mensaje lanzado por Guindos es la continuidad a lo expresado la semana pasada por el presidente del BCE, Mario Draghi, que después de lanzar un nuevo paquete de estímulos, advirtió que la política fiscal es en este momento «el principal instrumento» para combatir la desaceleración económica y el riesgo de recesión y una necesidad en la que coincide de forma unánime todo el Consejo de Gobierno de la institución.
Las últimas medidas activadas por el BCE, adoptadas de forma mayoritaria pero no unánime, han incluido la rebaja en 10 puntos básicos de la tasa de depósito, al -0,5%, la reactivación de las compras de deuda, un sistema de compensación a la banca, por la que se la libera en parte de la penalización por su exceso de reservas y, la más importante, un cambio en la orientación futura de su política monetaria. No habrá subidas de tipos hasta que la inflación se acerque al objetivo del 2%.
Además de advertir que «la política monetaria no es el único actor» y de reclamar que la política fiscal «debe hacer su papel», Guindos también ha hecho hincapié en cómo debe ser la composición de las cuentas públicas, no solo dirigidas a cumplir con la disciplina fiscal sino con los retos futuros. «Hay que tener en cuenta también su composición y la importancia para el largo de plazo de la educación, la investigación, las infraestructuras o el cambio climático».
El vicepresidente del BCE ha confirmado que la zona euro está en un momento de desaceleración y ha advertido del riesgo adicional que puede suponer un Brexit duro, que la institución no ha contemplado en sus previsiones económicas, revisadas recientemente a la baja. «El mercado no ha descontado al cien por cien en absoluto un Brexit sin acuerdo», ha avisado Guindos, con el peligro de aumento de la volatilidad que ello supone. Ha recordado que se han hecho preparativos para prevenir los efectos en la operativa de los mercados «pero hay algo que no se puede preparar: el impacto que tendría desde el punto de vista de expectativas y de evolución de los flujos comerciales».
Guindos ha hecho estas declaraciones en el Foro Tendencias 2020, organizado por el diario El País y la consultora de comunicación KREAB con el patrocinio de Ferrovial y Telefónica. Cuenta con la participación, entre otros, de Nadia Calviño, ministra en funciones de Economía y Empresa del Gobierno de España; del vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos; Rafael del Pino, presidente de Ferrovial; Charlotte Erkhammar, CEO global de KREAB; Emilio Gayo, presidente de Telefónica España; José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia; Arancha González, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional; Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol; Antonio Llardén, presidente de Enagás; Eduardo Madina, director de KREAB Research Unit; Marta Martínez, presidenta de IBM España, Portugal, Grecia e Israel, y Soledad Gallego-Díaz, directora de EL PAÍS.
Fuente: Cincodías.com