La fiscalidad de las empresas tecnológicas es 14 puntos menor.
El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, ha anunciado que su país aplicará a los gigantes de internet un impuesto de carácter nacional si no hay acuerdo con el resto de sus socios europeos para gravar a esas empresas, que están sometidas en la práctica a una fiscalidad menor que el resto.
«Desde 2019 tasaremos a nivel nacional a los gigantes digitales si los Estados europeos no asumen sus responsabilidades y no aplican lo que parece preferible, una imposición de los gigantes de internet», declaró Le Maire, en una entrevista al canal France 2.
Retirada del impuesto del carburante
Esa medida llega en respuesta a la retirada el miércoles, bajo la presión de los «chalecos amarillos», de la subida de impuestos sobre los carburantes que estaba programada a partir de enero y que el presidente francés, Emmanuel Macron, ha decidido anular completamente para tratar de calmar el movimiento de protesta. Macron, sin embargo, descartó el restablecimiento del impuesto sobre la fortuna (ISF), que es igualmente una de las reivindicaciones de los «chalecos amarillos», y que él había suprimido tras llegar al Elíseo como un gesto para hacer de Francia un país más atractivo para los inversores.
El titular de Finanzas, al hablar este jueves sobre cómo se compensará esa pérdida de recaudación con los carburantes, dijo que «los que tienen dinero son los gigantes digitales, que consiguen beneficios considerables gracias al consumidor francés, gracias al mercado francés, y que pagan como mínimo 14 puntos menos que las otras empresas».
Acuerdo complicado en Europa
Le Maire ha sido estos últimos meses uno de los principales promotores de un impuesto europeo a los gigantes de internet por el 3% de su facturación para evitar que al declarar sus beneficios en los países con menor carga fiscal, acaben consiguiendo una tasa de imposición mucho más baja que otras compañías. Sin embargo, ante la reticencia de varios de sus socios de la UE, y en particular de Alemania, París y Berlín acordaron un compromiso el pasado lunes que reduce la propuesta inicial, de modo que la base imponible se limitaría a la facturación de los servicios publicitarios en línea y no, por ejemplo, a la venta de datos.
Además, ese dispositivo, que será sometido a la aprobación del Consejo Europeo de aquí al mes de marzo, sólo entraría en vigor si no se encuentra una solución a escala internacional que se está negociando en el marco de la OCDE y que encuentra muchas resistencias, en particular de Estados Unidos.
Fuente: ElEconomista.es