La carga tributaria se acerca a la media europea al sumar las cotizaciones empresariales. La rebaja en el IRPF por tener hijos es inferior al promedio de la UE.
Las encuestas del CIS reflejan que la mayor parte de los ciudadanos cree que en España se pagan muchos impuestos y que, además, en comparación con otros países son más elevados. Sin embargo, los datos de la OCDE reflejan que, dentro del marco europeo, la presión fiscal que soportan los asalariados es sensiblemente menor a la media. Un informe reciente publicado por este organismo internacional indica que un empleado sin hijos que gana un sueldo medio cifrado en 26.535 euros paga un 14,7% por IRPF y un 6,4% por cotizaciones sociales. Así, la presión fiscal imputada al empleado se sitúa en el 21,1% de su sueldo bruto. Solo Irlanda (19,4%) y Estonia (18,4%) registran porcentajes inferiores en los países de la UE que, a su vez, forman parte de la OCDE. En el lado opuesto, destaca Bélgica (40,5%), Alemania (39,9%) y Dinamarca (35,8%). La media europea se sitúa en el 28,6%, 7,5 puntos por encima de España. Si se incluyen todos los países que forman parte de la OCDE, el porcentaje baja al 25,5%. Hay países como Chile, con un nivel de esfuerzo fiscal de sólo el 7%. La OCDE calcula el sueldo medio en paridad de poder de compra.
En todos los países, salvo en México y Chile, el trato fiscal mejora si existen cargas familiares. En el caso español, la presión fiscal para un salario medio baja del 21,1% al 13,9% en el caso de que tenga dos hijos y su cónyuge no obtenga ingresos. Para este ejemplo, el esfuerzo tributario en España también se sitúa por debajo de la media europea (14,5%), sin embargo, la distancia ya no es tan elevada como en el ejemplo del contribuyente medio sin descendencia. Ello refleja que la rebaja fiscal que aplican los otros países europeos cuando se tienen hijos es mayor. Polonia es el país que concede el mayor premio fiscal. El gravamen pasa del 25,1% para un asalariado medio sin hijos al 4,8% si tiene dos hijos.
La OCDE toma como referencia ocho supuestos y calcula para cada país la presión fiscal. En todos ellos, la suma del IRPF y de las cotizaciones sociales a cargo del empleado que se paga en España es inferior a la media europea, salvo en un caso. Un contribuyente con dos hijos que gana el 67% del salario medio –equivale a 17.778 euros en España– sufre una presión fiscal del 1,6%, un nivel bajo, pero ligeramente superior al 1,1% de media europea.
El informe de la OCDE refleja que, en 2017, la presión fiscal sobre el empleado aumentó en 20 países, disminuyó en 13 y se mantuvo igual en dos (Chile y Hungría). El estudio incluye a España entre los países que redujeron el IRPF. Sin embargo, ello no es del todo exacto. Lo que ha sucedido es que en el informe de este año, la OCDE ha tomado como referencia para sus cálculos la tarifa de la Comunidad de Madrid y, el año pasado, escogió una “escala representativa” y que era algo superior. Este cambio metodológico explica que España aparezca como un país que en 2017 rebajó la presión fiscal. En realidad, la reducción fiscal del IRPF en la mayoría de comunidades autónomas se concentró en 2015 y 2016, cuando entró en vigor la reforma fiscal del Gobierno. En 2017, los tipos no variaron en la mayoría de territorios. El hecho de que la OCDE realice sus simulaciones con la tarifa de la Comunidad de Madrid implica un sesgo a la baja, ya que es la autonomía que mantiene un IRPF menor. En cualquier caso, si la OCDE hubiera tomado como referencia a otra comunidad o hubiera hecho un promedio, la posición relativa de España no hubiera variado.
Si bien la presión fiscal que recae sobre el empleado puede considerarse baja, España destaca por las elevadas cotizaciones que abona el empresario y que se mueven en torno al 29,9% del sueldo bruto.
Para un salario medio de 26.535 euros, el coste laboral para las empresas asciende a 34.469 euros. La cuña fiscal, es decir, la suma del IRPF y las cotizaciones sociales a cargo de empleado y empleador representan para un sueldo medio en España un 39,3% del coste laboral. El porcentaje es ligeramente inferior a la media europea (41,5%) y superior a la de la OCDE (35,9%). El factor que en España eleva la presión fiscal sobre las rentas del trabajo en España es la cotización que abona la empresa a la Seguridad Social.
La cuña fiscal en España supera a Estonia, Holanda, Luxemburgo, Polonia o Irlanda. Incluso está por encima de Dinamarca, uno de los Estados de bienestar más desarrollados. El caso danés es particular porque tiene un IRPF muy elevado y prácticamente no exige cotizaciones.
Fuente: Cincodías.com