La tramitación de las tasas Google y Tobin se mantiene. El desánimo cunde entre los diputados de las bancadas del PSOE y Podemos.
El debate parlamentario sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) se convirtió el martes en un plebiscito político en el que el Gobierno asumió que este miércoles ERC y PDeCat bloquearán las Cuentas y las medidas que contienen, entre ellas, la generación de un tipo mínimo del Impuesto de Sociedades del 15% para grandes empresas y de un 18% para los sectores de la banca y de los hidrocarburos y la subida del IRPF a clases altas.
Las Cuentas, cuya vía libre se antoja improbable, recogen además acabar con la exención fiscal del 100% a los dividendos de filiales de empresas españolas en el extranjero – que pasaría a ser del 95% – y el incremento del IRPF en dos puntos para rentas superiores a los 130.000 euros y en cuatro puntos para rentas superiores a los 300.000. A ello hay que sumar otras medidas que ya no podrían ver la luz, como la bajada de dos puntos del tipo nominal de Sociedades para pymes, el destope de las cotizaciones máximas, el alza del precio del diésel para equipararlo fiscalmente a la gasolina y el aumento del gravamen de las Sociedades Cotizadas Anónimas de Inversión en el Mercado Inmobiliario (Socimi) en un 15%.
Dudas sobre los RDL
A pesar de que estas medidas se podrían sacar adelante todavía por real decreto ley (RDL), como ya informó elEconomista, el Gobierno duda de esta estrategia. Moncloa alberga incertidumbres legales sobre hasta dónde puede estirar el chicle fiscal sin abrir potenciales contenciosos legales empleando esta herramienta legislativa. Con todo, para prosperar el RDL tiene que ser ratificado por el Congreso, algo que a día de hoy está muy lejos de los 84 diputados que tiene el PSOE en la Cámara Baja.
Sin embargo, el fracaso de los Presupuestos no implica que todas las medidas económicas del Gobierno queden bloqueadas… todavía. La tramitación de las tasas Google y Tobin se mantiene, ajenas al desarrollo de las Cuentas. Sin embargo, su aprobación parece improbable si se adelantan elecciones. Tramitar un proyecto de ley dura, de media, unos seis meses y la legislación obliga a disolver las Cortes 54 días antes de unos comicios generales. Plazos imposibles de cumplir si las elecciones se celebraran en abril o mayo.
Así, la aprobación de los impuestos solo sería posible si los comicios se celebraran en otoño, y aún así el calendario sería muy apretado.
Sabor a despedida
La intervención de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tuvo sabor a despedida, en medio de los insistentes rumores que apuntan al citado adelanto electoral, con mucho pesimismo en su discurso. «Todo indica que los independentistas votarán en contra de unos PGE buenos para España. Los partidos soberanistas tienen el sueño de que el Gobierno vaya a aceptar lo inaceptable, pero el Ejecutivo no va a acceder a ningún chantaje. No va a aceptar en ningún orden del día la autodeterminación de nadie», reiteró la ministra tras las polémicas vividas la semana pasada respecto a la figura del relator – ahora descartada – y la negociación con las fuerzas catalanas.
Las palabras del Montero son ni más ni menos que el prólogo del fracaso de los Presupuestos de Pedro Sánchez. Durante este martes, cundió el desánimo entre los diputados de las bancadas del PSOE y de Unidos Podemos. Fuentes de la formación morada reconocieron que ya no había nada que hacer ante la inflexibilidad de las partes negociadoras. Mientras, Joan Tardá, portavoz de ERC, y Ferrán Bel, secretario de Organización de PDeCat, reconocían el nulo contacto con el Gobierno y con los socialistas después de que se levantaran de la mesa de negociación el viernes.
Todo aboca a un anticipo electoral, que es lo que le piden a Sánchez aliados parlamentarios como Unidos Podemos. Sin embargo, otros como el PNV consideran posible gobernar con las Cuentas prorrogadas. Así lo indicó Aitor Esteban, quien apuntó que el mayor obstáculo en este escenario serían los bloqueos constantes del PP y Ciudadanos.
Fuente: ElEconomista.es