El Gobierno deberá lograr el aval del Congreso a la senda de estabilidad antes de que finalice la primera semana de febrero, si quiere optar a aprobar los Presupuestos de 2025 en el primer trimestre. Fuentes del ministerio de Hacienda confirman que su plan para impulsar las Cuentas en los próximos tres meses sigue adelante, para ello tienen antes que lograr cerrar un acuerdo con Junts que permita dar por zanjado el trámite de la senda fiscal en la Cámara Baja necesaria para desatascar la agenda presupuestaria.

No obstante, el calendario parlamentario juega –de nuevo- en su contra. Enero es un mes inhábil en el Congreso y todas las ventanas plenarias se concentran a partir del mes que viene, a no ser que el Ejecutivo apueste por convocar un pleno extraordinario en las próximas semanas como ya hizo el año pasado. De lo contrario, los plazos podrían alargarse llevado el trámite a abril o mayo, y reduciendo el poder de impacto de las Cuentas o incluso forzando al presidente a renunciar -de nuevo- a los Presupuestos para centrarse en los del año que viene. Los de Pedro Sánchez no quieren riesgos, y no acudirán al Parlamento sin tener atados los apoyos al texto suficientes. En cualquier caso, todo pasa -una ves más- por Carles Puigdemont.

El líder de los postconvergentes sigue negociando con Moncloa el reparto del margen de gasto con el que contará Cataluña, y por extensión el resto de las comunidades autónomas y ayuntamientos. La formación aspira a ampliar el límite de déficit autonómico al 0,8% en 2025, siete décimas por encima del planteamiento inicial proyectado por el Gobierno. Esto obligaría al Estado a asumir un ajuste fiscal muy superior al previsto. Hacienda se comprometió -el pasado julio- a recortar ocho décimas de déficit hasta 2027, y a ceder a las CCAA la posibilidad desviarse un 0,1% durante los próximos tres años. Asumir la propuesta de Junts demandaría un ajuste de 0,7% del PIB, obligando al Estado a cumplir con un déficit del 1,5% -desde e 2,2% inicial- solo este 2025 para cumplir con el 2,5% comprometido con Bruselas.

Un baile de números con un difícil encaje en la negociación que Moncloa planea reanudar -previsiblemente- el próximo 20 de enero con el resto de los grupos parlamentarios necesarios para impulsar los Presupuestos, que ya habrían trasladado varias de sus exigencias para avalar las Cuentas. «Ya se han negociado y pactado algunos asuntos», reveló ayer el portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, que -no obstante- sigue sin descartar que Pedro Sánchez opte por renunciar a impulsar unas nuevas Cuentas manteniendo viva la legislatura, aunque «de mala manera», dijo. Cabe recordar, que el Gobierno ya ha comprometido 1.600 millones solo a prorrogar las ayudas al transporte hasta junio. «Somos conscientes de que este no va a ser un acuerdo fácil», dijo el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, el pasado martes tras el Consejo de Ministros.

Antes debe llegar el pacto con Puigdemont. Hace meses Cuerpo reconoció que el Gobierno dará mayor margen de déficit a las regiones, aunque desde su departamento siguen sin confirmar su holgura. Junts llegó a reclamar un déficit a medida para las CCAA en función a su aportación al PIB nacional, algo que beneficiaría a Cataluña y Madrid, pero que perjudicaría a las autonomías más pobres. La mayoría de ellas siguen pendientes de Montero para proyectar sus propios Presupuestos. «Estamos a la espera de que el Ministerio de Hacienda cumpla con su obligación, que nos diga si podemos disponer de esos 300 millones de euros o no y, en cuanto lo sepamos, continuar con las negociaciones», dijo el martes el presidente murciano, Fernando López Miras.

Llegado el caso, y aprobada la senda de estabilidad en el Congreso en el primer Pleno ordinario del año, el calendario se precipitará. Si María Jesús Montero consigue el aval de Junts a los objetivos de déficit el 6 de febrero, el Consejo de Ministros contará con vía libre para aprobar el proyecto de Presupuestos a partir del día 11, y la vicepresidenta primera podría elevarlos al Congreso esa misma semana. A partir de ahí, el trámite cogerá ritmo. La primera semana se marzo la Cámara Baja podría votar las enmiendas a la totalidad que -probablemente- presenten los partidos de la oposición. Si Moncloa consigue que el Pleno las rechace, las Cuentas ya habrán recorrido la mitad del camino parlamentario. Un tránsito que podría culminar la última semana de marzo, con la aprobación definitiva de las Cuentas.

Fuente: El Economista