El Gobierno planea dar un giro al impuesto extraordinario a la banca. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, Comercio y Apoyo a la Empresa, Nadia Calviño, avanzó este viernes que, además del impuesto extraordinario a las compañías energéticas, también se revisará el referente al del sector financiero, “teniendo en cuenta que las circunstancias han cambiado” y ya no se está ante el mismo escenario de tipos de interés. Casi de inmediato, recibió la respuesta de la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, quien advirtió que el pacto entre su formación y el PSOE para el Gobierno de coalición recoge, en cualquier caso, el mantenimiento del tributo.

Ahora toca revisar la jugada. “Me parece que es el momento de revisar y ver si hay que ajustar algunos de los parámetros en el nuevo escenario en el que estamos, en el que ya no hay esa subida tan rápida de los tipos de interés y esa subida tan rápida de los precios de la energía. Tenemos que ver si en esos dos impuestos hay que hacer algún ajuste o no”, añadió este viernes Calviño en declaraciones a Antena 3.

Del mismo modo, Calviño ha citado a los representantes de la banca para el próximo lunes con el fin de tratar la ampliación de las medidas de ayuda a los hipotecados en apuros. La todavía vicepresidenta primera se reunirá con las patronales AEB, CECA y ­Unacc en su último encuentro antes de incorporarse como presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) el 1 de enero.

Durante el último año, el impuesto extraordinario ha sido un punto de fricción entre Gobierno y banca, ya que el Ejecutivo anunció la imposición del gravamen sin avisar ni consultar con el sector. Y, de hecho, tanto los bancos como las patronales han recurrido el gravamen en los tribunales al considerar que es injusto y anticonstitucional.

En realidad, la banca ya se esperaba algún movimiento por parte del Gobierno para modificar el planteamiento actual del gravamen. El sector asumía que el impuesto se mantendría más allá de los dos años iniciales. Además, las fuentes financieras consultadas consideran que debería cambiar su formulación ya que la norma se tramitó como una tasa y no como un impuesto.

 Acuerdos PSOE-Sumar

Mientras tanto, la postura de Calviño hecha pública este viernes desató de nuevo un pulso interno en el Ejecutivo por los acuerdos de Gobierno entre PSOE y Sumar, en el que figuran la prorroga, tanto del impuesto a la banca como el de las energéticas. En ese sentido, Yolanda Díaz replicó que está “en total desacuerdo” con Calviño. “Le diría a la señora Nadia Calviño pacta sunt servanda (lo pactado, obliga) y que acabamos de cerrar un acuerdo con el PSOE, que dio la presidencia del Gobierno al señor Sánchez, en el que, de manera clara, justamente en momentos de crisis de inflación sin precedentes, los que más tienen, más tienen que aportar”, resaltó

La vicepresidenta segunda aseguró que los datos de beneficios antes de impuestos de las energéticas y de las entidades financieras son “absolutamente contundentes”. “Por tanto, más que nunca, deben de aportar”, indicó Díaz, que insistió en que es un acuerdo entre PSOE y Sumar que debe ser “cumplido”. Por ello, afirmó que van a seguir defendiendo el mantenimiento del impuesto a las entidades financieras y, “por supuesto, a las entidades energéticas”.

Díaz había defendido anteriormente que el Gobierno “hizo muy bien” en poner esos impuestos en este momento, que además han cumplido con la recaudación prevista por Hacienda y han servido de ejemplo para otros países europeos. “Siempre lo hemos dicho, que íbamos a hacer el análisis de esos dos impuestos para ver si hay que mantenerlos de cara al futuro y con qué parámetros, de cara a que sigan teniendo el mismo impacto positivo desde el punto de vista de la recaudación y desde el punto de vista económico”, precisó posteriormente Calviño, tras la declaraciones de Díaz. La polémica está servida.

Desembolso millonario

En el primer ejercicio en el que la banca ha tenido que abonar el pago por el impuesto extraordinario, correspondiente al año 2022, CaixaBank ha pagado 373 millones de euros; BBVA, 225 millones; Santander, 224 millones; Sabadell, 157 millones, y Bankinter, 77 millones. En total los grandes bancos han afrontado un desembolso de 1.056 millones de euros, que supone prácticamente el total de los 1.300 millones pagado por el sector.

Dado que en todo 2023 los resultados previsiblemente serán superiores a los del año anterior, el pago que afrontan las entidades será también superior, aunque solo se vean afectados los negocios financieros en España.

Fuente: Cinco Días