El fin de las rebajas de impuestos y el rebote de la energía traerán un despertar limitado de la inflación para España

Posted by JJL | 22 octubre, 2024

El IPC de España sorprendió a propios y extraños. Los últimos datos del INE relativos a septiembre ha mostrado un avance de la inflación del 1,5% interanual. Si bien el mercado esperaba que lograse conquistar el objetivo de inflación, situándose en el 1,9%, este descenso tan pronunciado ha supuesto un gran alivio, especialmente dado que la buena marcha de la economía podría dejar entrever unos precios más difíciles de atar. Sin embargo, algunos expertos señalan que el próximo mes marcará un punto de inflexión clave para analizar la evolución de los precios en España, marcado por dos elementos.

El primero, el retorno de algunos impuestos que se habían reducido desde hace tiempo. En segundo lugar, un rebote de la energía. Dos factores que provocarán un cierto despertar en las cifras. La gran mayoría reconoce que, a medio plazo, los precios seguirían su tendencia bajista para acabar bajo control a principios de 2025, salvo sorpresa por un gran giro de los acontecimientos en la economía o en el plano internacional, con Oriente Medio como principal amenaza. A pesar de ello, remarcan la importancia de estos factores para entender el recorrido que tomará el IPC los próximos meses.

Desde la Unión Sindical Obrera fueron de los primeros en matizar la caída del IPC esta misma semana. En un comunicado tras la publicación de los datos definitivos del INE, la agrupación explicaba que la caída de un tiempo a esta parte habría sido «irreal» y alertaba de que «no se mantendrá en octubre» tras el fin de la rebaja de impuestos.» Se han pasado la pelota de Competencia a Consumo o Hacienda y viceversa, sin que nadie se haya hecho cargo de vigilar que los ciudadanos no perdamos dos veces: por no rebajar los precios y por ingresar menos impuestos en las arcas públicas».

Precisamente para combatir la inflación y ayudar a la economía española tras los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, el gobierno anunció a finales de 2023 una reducción temporal de determinados impuestos. El más destacado fue un tipo reducido de IVA sobre los alimentos de primera necesidad que se mantendrían al 0% en lugar del 4%. Esto incluía pan, harinas, aceite, huevos, leche, quesos, frutas y otros elementos básicos para la cesta de la compra.

También se aplicó un IVA reducido a la electricidad y al gas del 10% ante la subida de precios energéticos y que acaba en diciembre. Esto aderezado de otras medidas paralelas como deducciones al IRPF por mejora de eficiencia energética o una libre amortización del impuesto de sociedades para aquellas inversiones que se utilicen en fuentes renovables de energía.

«Damos por hecho que las cadenas de alimentación repercutirán este impuesto en los precios»
El día de 1 de octubre vencía oficialmente una de estas reducciones temporales. Concretamente, la del IVA a los alimentos esenciales, que pasan al 2% para productos como el aceite, el pan o la leche. Ahora, esta subida en los alimentos tendrá un impacto en el IPC a partir de la próxima publicación del INE. En declaraciones a elEconomista.es Laura Estévez, secretaria de Comunicación y Gestión de Proyectos de USO comenta que «el impacto que han tenido estos impuestos desde que se han implantado no ha sido el esperado».

Estévez explica que incluso con ellos el aceite de oliva triplicó su precio desde 2021 y marcó sus máximos este mismo año (en abril). Desde ahí, «comenzó a bajar todos los meses, antes incluso de su inclusión en la reducción de impuestos, pero su mayor bajada se ha dado en septiembre, justo antes de que terminase la bonificación». Otro ejemplo, las harinas. «Su máximo coincidió con diciembre de 2022 y, en enero de 2023, con la entrada en vigor por primera vez de la bajada de tipos, sí se redujo ligeramente su precio. Sin embargo, desde su mínimo en febrero de este año, ha ido subiendo de nuevo hasta prácticamente el mismo precio que cuando comenzó la rebaja. Por lo tanto, sí que en algunos casos se ha notado, pero la bajada de precios no ha sido ni automática ni homogénea».

La explicación sobre estos movimientos es que «ha faltado un organismo competente encargado de hacer el seguimiento de estas medidas». Sin embargo, ahora con la subida no tienen dudas de que favorecerá un efecto rebote. «nos tememos que se va a producir este efecto rebote dado que damos por hecho que las cadenas de alimentación repercutirán este impuesto en los precios». A todo esto se sumará «el final de la rebaja de los impuestos de la energía» que se producirá en diciembre, subiendo al 21% desde el 10% actual. Esto sumado a un alza general de los precios de la energía, creen que auspiciará ese efecto rebote los próximos meses.

¿Cómo será el impacto? ¿Y el efecto rebote?
Desde Caixabank Research concretan más el impacto que tendrá el retorno de los impuestos a la inflación. En declaraciones a elEconomista.es, Zoel Martín Vilató, economista de la firma, explica que «las subidas del IVA en alimentos y electricidad producirán un efecto escalón y las tasas interanuales lo reflejará de manera mecánica». Martín Vilató prosigue alegando que «según nuestras previsiones, la subida del IVA de los alimentos añadirá unos 0,3 puntos porcentuales a la inflación promedio de 2025, y del IVA de la electricidad otros 0,3. Sin embargo, de haberse aplicado ésta subida a principios de 2024 (cuando las dinámicas de los precios eran más desfavorables), el impacto de la retirada habría sido superior. De este modo, el retorno gradual a los tipos habituales del IVA ha permitido suavizar el impacto».

Desde Funcas son incluso más optimistas con que el retorno de los impuestos genere un repunte inflacionario. Raymond Torres, director de Coyuntura, explica que «la reversión de las rebajas de IVA sobre los alimentos están teniendo un impacto limitado». Concretando más en el mismo, habla de que el caso del IVA sumará una décima este mes y dos en enero, «lo que puntualmente elevará el IPC en términos interanuales». Respecto a un potencial repunte del IPC cree que hay una cierta trampa en el mismo. «Más allá del retorno de los impuestos se produce debido a los efectos base al calcular las tasas interanuales respecto a unas cifras muy flojas un año antes. Estos factores podrían elevar el IPC por encima del 2%, para volver posteriormente hacia ese umbral».

Los expertos de Funcas, por su parte, defendían en su último informe publicado que «aunque la desinflación se ha afianzado con los datos de septiembre», coincide en el despertar los próximos meses y cree que en diciembre escalará hasta el 2,3%. Sin embargo, es más optimista para 2025, y cree que el IPC se situará en una media anual entonces del 1,8%.

«Hay un efecto base, durante los últimos meses del año pasado los precios de la electricidad estuvieron especialmente bajos»
Respecto a por qué está bajando la inflación en España más rápido que en el resto de Europa, Torres explica que el principal motivo es el mercado laboral. Mientras «en España hay tasas de paro altas (11,27%, la más alta de Europa)» en el continente hay «cuasi pleno empleo». Esta situación de falta de mano de obra en países vecinos genera «una evolución de salarios relativos y, por tanto, de la inflación». En cualquier caso, desde Funcas señalan que «otros factores apuntan en la dirección opuesta, como la pujanza de la demanda en España, de modo que en mi opinión no está claro que la divergencia persista mucho tiempo».

Javier Ferri, catedrático de la Universidad de Valencia e investigador de Fedea, comenta que no ve un gran impacto en el IPC para entender la evolución. «Tendrá un efecto escalón y va a tener cierto impacto, pero eso en la dinámica no va a provocar un efecto relevante en los datos interanuales». El experto cree que todo descansa en la energía. «España ha tenido una gran ventaja, es menos dependiente de lugares conflictivos». En ese sentido, señala que hay un pequeño «desacople» con la subyacente, que se sitúa en el 2,4% dada la evolución descendente de los precios energéticos. Respecto a futuro, cree que es difícil anticiparlo en un entorno de incertidumbre en diversos frentes (como el geopolítico, con Oriente Medio a la cabeza), pero señala que sería lógico que la buena marcha de la economía española acabe afectando. «Es lógico pensar que si el PIB de España sigue tirando, esto acabe afectando a los precios».

Martín Vilató comenta que el factor fundamental que explicará el despertar del IPC los próximos meses será, más allá de los impuestos, la misma subida de electricidad en el tercer trimestre. «Hay un efecto base, durante los últimos meses del año pasado los precios de la electricidad estuvieron especialmente bajos». En cualquier caso, a pesar de que «los precios de la energía y la subida del IVA a los alimentos podrían establecer presiones al alza,» en estos últimos meses, «la inflación tiene argumentos para seguir bajando como lo ha hecho en los últimos meses». En cualquier caso, la firma cree en sus últimas estimaciones que en 2025 la inflación terminará repuntando y tendrá un promedio del 2,5%.

Fuente: El Economista

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