El Parlamento elevó ayer con fuerza la presión sobre Hacienda para ajustar el IRPF a la inflación. La mayoría del Congreso de los Diputados apoyó una proposición no de ley del PP reclamando la deflactación de «al menos» los tres primeros tramos de la escala estatal del tributo, para acompañar las rebajas de 2.340 millones de euros ya aplicadas por las comunidades autónomas para paliar el alza de precios. Aunque la iniciativa no es vinculante, refleja que hasta socios habituales del Gobierno de coalición apoyan una medida a la que Hacienda se opone frontalmente por beneficiar también a rentas altas, y a la que contrapone su rebaja de 1.880 millones a pequeños contribuyentes.

La proposición no de ley registrada por el PP insta, concretamente, a «deflactar el IRPF, modificando al menos los tres primeros tramos, así como los mínimos personales y el resto de las deducciones, para compensar en este impuesto el efecto de una inflación acumulada desde febrero de 2021 que ya es del 17%». También reclama «ajustar las retenciones para que el alivio fiscal a las familias sea inmediato». De 343 votos emitidos, la iniciativa obtuvo 169 votos a favor de PP y Vox, 160 en contra y 14 abstenciones, al no oponerse PNV, BNG y Junts.

El texto prosperó sin la enmienda de Vox que pedía la deflactación generalizada y simplificar todo el impuesto a solo dos tramos (con tipos del 15% desde 22.000 euros y el 25% desde 70.000, reduciendo cuatro puntos por hijo).

El PP sustentó su demanda en la necesidad de combatir la llamada progresividad en frío, la subida fiscal encubierta que se produce cuando el impuesto no se actualiza con el avance de precios y salarios, lo que puede provocar que un trabajador que vea mejorar su retribución vea agravada la pérdida de poder adquisitivo ya provocada por la inflación al tener que afrontar una mayor factura tributaria.

El texto recuerda que «prácticamente todas» las comunidades autónomas, encabezadas las que gobierna el PP, «han hecho algún ajuste en el tramo autonómico del IRPF sobre el que tienen capacidad de gestión para compensar -en la medida de sus capacidades- esta subida «invisible de impuestos» por la inflación que merma el poder adquisitivo de las familias».

Según los datos que el propio Gobierno central remitió a Bruselas en el último Plan Presupuestario, esta batería de rebajas autonómicas del IRPF ahorrará a los hogares españoles 2.342 millones de euros en impuestos: 613,4 millones en 2023 y 1.728,6 millones en 2024. «Este alivio fiscal a las familias por parte de las comunidades autónomas», defendía la iniciativa del PP, «debe ser complementado con un ajuste equivalente por parte de la Administración Central que, además, es la que más se ha beneficiado de la elevada inflación, hasta el punto de lograr una recaudación tributaria récord en 2022», superada luego por los 271.935 millones de 2023. El pasado ejercicio, concretamente, el incremento de la recaudación del IRPF fue de 10.800 millones, mientras que solo en los dos primeros meses de 2024 ya se ha obtenido cerca de 1.700 millones más que en el inicio de 2023.

El Banco de España ha estimado que la mitad de dichos incrementos son achacables directamente a la inflación, mientras que el Ministerio de Hacienda calcula que el fenómeno explica un tercio del alza de recaudación.

«Los contribuyentes no están ganando más, pero pagan mucho más» en impuestos, denunció ayer el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, al defender la iniciativa, recordando que Hacienda recauda hoy 37.000 millones más de IRPF que en 2019. Bravo instó al PSOE, principal partido del Gobierno de coalición, a efectuar en todo el Estado la deflactación del impuesto que sí apoyó al PNV aplicar en País Vasco. «¿O es que hay españoles de primera y de segunda?», cuestionó.

De hecho, el PNV, habitualmente alineado en las votaciones con el bloque del Gobierno de coalición ensalzó ayer las virtudes de la actualización del IRPF, que en País Vasco viene aplicando tradicionalmente. «Deflactar no es bajar los impuestos es soportar la misma tributación que soportaríamos si la inflación no existiese», es decir, que lo que supone es «que se mantenga la misma presión fiscal, o adecuar el IRPF a la realidad», defendió la diputada del PNV Idoia Sagastizabal.

La deflactación llegó a contar incluso con el visto bueno de partidos tan distanciados del PP como ERC, que, sin embargo, anunció que no daría su aval mientras que la medida no se enmarque en una reforma fiscal integral.

Desde PSOE y Sumar, por su parte, defendieron que la deflactación de las tarifas de IRPF «es una medida regresiva» puesto que beneficia a las rentas altas, incluso cuando solo se actualicen los tres primeros tramos, pues los grandes contribuyentes también comienzan tributando por esas escalas. Hacienda rechazó aplicar la iniciativa del Congreso y recordó que ha ido elevando el mínimo exento con el salario mínimo y que aprobó una rebaja de IRPF a rentas de hasta 21.000 euros por 1.880 millones.

El gravamen a la banca

En paralelo, el Congreso rechazó -por 294 votos en contra y 41 a favor- la propuesta de Unidas Podemos de endurecer el impuesto a la banca, que hoy grava al 4,8% su margen de intereses, para recaudar, como mínimo, el 50% de sus beneficios brutos, después de que el sector ganara 23.000 millones en 2023.

Fuente: Expansión