El supervisor alerta de un aumento de la vulnerabilidad de las finanzas públicas españolas por el impacto de la pandemia.
Todos los organismos nacionales e internacionales llevaban años insistiendo a España en la necesidad de aprovechar los años de crecimiento económico y política monetaria ventajosa para sanear las cuentas públicas y así tener margen fiscal para un eventual nueva crisis. Sin embargo, esa vulnerabilidad no ha sido corregida. El deterioro económico derivado del coronavirus y las medidas tomadas por el Gobierno para paliar los efectos de la pandemia van a tensionar aún más esas finanzas. Por eso, el Banco de España reclama ya que, de forma paralela a las medidas coyunturales de apoyo a hogares y empresas ante la actual crisis, diseñe ya un plan de consolidación fiscal a medio plazo para reducir esa vulnerabilidad persistente, así como reformas estructurales que impulsen la economía nacional.
«El necesario papel de la política fiscal en la actual crisis como garante de las rentas de hogares y empresas deberá acompañarse del diseño de un programa de consolidación fiscal de medio plazo que, una vez que los efectos de la crisis se disipen, reduzca los desequilibrios de las finanzas públicas, y un programa de reformas estructurales, que permitan aumentar el potencial de crecimiento de nuestra economía», señala el organismo dirigido por Pablo Hernández de Cos en el informe de estabilidad financiera de primavera de este año, monotemático sobre el impacto económico y financiero del Covid-19, y en el que dice que el coste económico para las arcas públicas de la respuesta del Gobierno a la pandemia es aún incierto.
Entre otras actuaciones, el Ejecutivo ha aumentado los recursos para reforzar el sistema sanitario , ha fleibilizado los ERTE, ha creado un subsidio especial de desempleo para trabajadores temporales y del régimen especial de empleo doméstico, ha facilitado el acceso de los autónomos a la prestación por cese de actividad y ha lanzado 100.000 millones de euros en avales públicos para créditos a las empresas. «La respuesta de la política fiscal ya ha sido significativa, y deberá adaptarse a la intensidad final de la perturbación y acompañar a la economía durante el proceso de reactivación. Esta necesaria reacción de la política fiscal llevará a un incremento muy significativo del endeudamiento público, cuya reducción habrá de afrontarse, una vez que se disipen los efectos de la crisis, a través del diseño y la implementación de un programa de consolidación fiscal de medio plazo de la aplicación de reformas estructurales necesarias para mejorar el crecimiento potencial de nuestra economía», ha dicho el gobernador tras la publicación del informe, que señala por otro lado que las medidas adoptadas a nivel europeo pueden resultar insuficientes y vuelve a exigir la mutualización de la deuda.
Mala situación de partida
El Banco de España recuerda que después de seis años reduciéndose el déficit público, el año pasado se elevó al 2,8% del Producto Interior Bruto (PIB) como consecuencia del aumento del gasto público. Pero además, señala que desde 2014 España apenas ha reducido su déficit público estructural, pues el recorte de los últimos años se debió básicamente al crecimiento económico y los bajos tipos de interés de la política monetaria. Y añade que el nivel de deuda pública sigue situándose más de 60 puntos porcentuales por encima del registrado en 2007, en concreto en el 95,5%.
«En este contexto, el desencadenamiento de la crisis sanitaria va a tener consecuencias notables sobre las finanzas públicas, tanto en España como en muchos otros países», advierte el supervisor, que estima que el déficit público cierre este año entre el 7% y el 11% del PIB y la deuda se eleve a entre el 110% y el 120%. El Gobierno, por su parte, calcula que el desfase de las cuentas alcance al cierre de 2019 el 10,34% del PIB y la ratio de endeudamiento el 115,5%.
«Los elevados niveles de déficit estructural de partida y los aumentos de deuda pública que previsiblemente se alcanzarán, unidos a los retos para las finanzas públicas que se derivan del envejecimiento de la población, ponen de manifiesto la vulnerabilidad de las finanzas públicas españolas ante posibles perturbaciones adicionales en la actividad económica, en los costes de financiación o en el sentimiento de los inversores», añade el Banco de España, que recuerda que ahora mismo son las compras de activos del Banco Central Europeo (BCE) lo que está evitando cualquier tensión sobre la financiación de la Administración. «A medio plazo, cuando la situación vuelva a la normalidad, debería implementarse un programa de consolidación fiscal y de reformas estructurales que reduzcan los desequilibrios de la economía y eleven su crecimiento potencial», recalca la institución.
El Banco de España es partidario en todo caso de mantener las ayudas a las rentas de familias y empresas durante el proceso de recuperación de la normalidad y de apartarlas «a las diferentes velocidades a las que previsiblemente evolucionarán los distintos sectores de actividad». El supervisor diagnostica a lo largo de su informe una situación patrimonial de los hogares y las empresas del país mejor que la que tenían cuando estalló la crisis de 2008, pues ahora presentan un nivel de endeudamiento mucho menor.
Más morosidad bancaria
Aún así, el organismo indice en que el parón de la actividad económica y la destrucción de empleo van a afectar a la capacidad de repago de las deudas. En este sentido, y a pesar de las garantías ofrecidas por el Gobierno, el Banco de España recuerda que, por ejemplo, el 10% de los hogares dedica más del 40% de los ingresos al pago de deudas y el 14% destina más del 30% de su renta al pago del alquiler. En el mundo empresarial, alerta de vulnerabilidades en las compañías de menor tamaño.
Al respecto, la institución augura un incremento de la morosidad de las familias primero en el crédito al consumo, que venía creciendo a ritmos superiores al 10%, y después en las facturas de suministros y por último en las hipotecas. Junto a ello, el supervisor ha identificado que la exposición de la banca a sectores especialmente sensibles a la crisis del coronavirus es de alrededor del 20% del crédito a las empresas. Con todo, y a pesar de la mejor situación de solvencia y liquidez de las entidades financieras españolas, el Banco de España señala que el repunte de la morosidad y la menor actividad económica, y por tanto crediticia, supondrá una presión adicional sobre los niveles de rentabilidad de la banca española, ahora mismo ya en niveles muy bajos.
Fuente: Abc.es