El gobernador, Pablo Hernández de Cos, alerta de que la crisis económica derivada de la pandemia «va a ser más larga de lo inicialmente previsto».
La crisis del Covid-19 va a dejar un abultadísima factura para las arcas públicas españolas. Las medidas aprobadas por el Gobierno para afrontar el impacto sanitario y económico del coronavirus y el parón de la actividad derivado de la pandemia han disparado el gasto público y hundido los ingresos del Estado, lo que elevará aún más los actuales niveles de déficit y deuda públicos. Por eso, el Banco de España, que además es ahora más pesimista que hace solo un mes y prevé ya deterioro mayor de la economía nacional, urge al Ejecutivo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias a diseñar y publicar ya el plan de ajuste fiscal que, una vez superada la actual situación, permitirá sanear las cuentas.
La estimación actual del Gobierno es que las medidas adoptadas tengan un impacto de 138.923 millones de euros entre un mayor gasto público, una menor recaudación y los avales crediticios del ICO. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha defendido este lunes durante su comparecencia en la comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados una actuación contundente e inmediata de política fiscal para paliar la pérdida de rentas a empresas y familias durante el tiempo necesario.
Ahora bien, el supervisor también llama a decir cómo se compensará a futuro ese esfuerzo presupuestario. «Debemos aceptar que un mayor impulso presupuestario en la actualidad deberá venir acompañado de la mano de una estrategia clara de consolidación presupuestaria», ha dicho el gobernador, que ha reclamado un programa de consolidación presupuestaria de medio plazo que «a través de la revisión del gasto y de la estructura y capacidad impositivas permita sanear nuestras finanzas públicas».
Hernández de Cos admite que la aplicación de ese ajuste fiscal debe retrasarse hasta que se supere la actual crisis y sus efectos, pues la retirada prematura de esas medidas fiscal podría tener efectos económicos más adversos y duraderos. «Sin embargo, la contrapartida necesaria debe ser el anuncio temprano de una estrategia de reducción de los desequilibrios fiscales para su aplicación gradual posterior. De hecho, una definición temprana tendría importantes beneficios para la credibilidad de la política económica y permitirá potenciar los efectos expansivos de las actuales medidas fiscales», ha explicado.
No es la única recomendación del Banco de España, que también reclama una ambiciosa agenda de reformas estructurales que permitan a España mejorar el potencial de crecimiento de la economía. «La magnitud del reto de desarrollarla plenamente requerirá un acuerdo político acorde y que se mantenga previsiblemente durante varias legislaturas», ha dicho Hernández de Cos, quien recuerda que España se adentró en la crisis del coronavirus «desde una posición de partida de sus finanzas públicas vulnerable por sus elevados niveles de déficit estructural y deuda» y que esas reformas necesarias ya lo eran antes de la pandemia.
El Banco de España es más pesimista que hace unas semanas respecto al impacto y duración de la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria. Si hace un mes pronosticaba una caída este año del Producto Interior Bruto (PIB) del 6,6% en uno de los tres escenarios previsto, de una normalización de la economía tras el confinamiento, ahora descarta ya esa previsión, apunta a una caída de la economía española este año de entre el 9,5% y el 12,4% por la mayor duración de la crisis y no descarta escenarios más desfavorables. «La evidencia estadística acumulada en las últimas semanas y las dificultades que comienzan a vislumbrarse de cara a la eventual recuperación hace que los escenarios más benignos, con caídas más moderadas que se proyectaban hace solo unos meses, sean hoy poco realistas», ha avisado, admitiendo que «la duración de la perturbación va a ser más larga de lo que inicialmente habíamos anticipado».
Fuente: Abc.es