La Comisión Europea ha situado la energía como uno de los vectores clave para poder reindustrializar Europa. Para ello, el informe que ha elaborado el expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, pone el foco en los elevados precios de la energía, su volatilidad y su excesiva y dispar fiscalidad en Europa frente a EEUU.
Entre las medidas que Draghi pone sobre la mesa destaca proponer un nivel máximo común de recargos (incluidos los distintos impuestos, gravámenes y tasas de red) en toda la UE con el objetivo de limitar las actuales diferencias entre países así como con EEUU, donde apenas cuenta con carga fiscal la energía para la industria.
La reforma legislativa en este ámbito está sujeta a la unanimidad, pero también puede estudiarse la cooperación entre un subconjunto de Estados miembros u orientaciones sobre fiscalidad de la energía.
Asimismo, Draghi plantea otorgar créditos fiscales a medida ligados a la adopción de soluciones energéticas limpias por parte de la industria o regímenes de amortización acelerada para dichas soluciones, una solución que podría incluirse en la futura norma para la aceleración de la descarbonización industrial.
Un marco legislativo armonizado de la UE resolvería los problemas de ayuda estatal que plantearía una medida de este tipo. Si estos créditos fiscales fueran transferibles (como se hace en EE.UU.), serían aún más atractivos para las empresas y los inversores.
En lo que respecta a electricidad, el informe propone nueve medidas que van desde simplificar el proceso de autorización de renovables y redes, separar la remuneración de las renovables y la nuclear de la generación fósil, incrementar el uso de contratos a largo plazo, promover el autoconsumo industrial, reforzar la integración de los sistemas, el almacenamiento y la flexibilidad, facilitar el acceso a energía de la industria sometida a competencia internacional, promover la caputra de carbono, el almacenamiento de CO2 y mantener la cadena de suministro nuclear así como el desarrollo de nuevas plantas.
Yves Desbazeille, Director General de nucleareurope, indicó que «El informe destaca el papel clave de la energía nuclear para contribuir a la descarbonización de la economía y lograr la seguridad del suministro de forma rentable».
Según el informe, el uso de soluciones a largo plazo, como los Acuerdos de Compra de Energía (PPA) y los Contratos por Diferencia (CfD), puede desvincular la remuneración de la energía nuclear y las energías renovables de la generación a partir de combustibles fósiles y proteger a los usuarios finales de unos precios de los combustibles fósiles más volátiles. También subraya la importancia de la neutralidad tecnológica y la necesidad de movilizar masivamente la financiación pública y privada».
Medidas para el gas
En lo que respecta al gas, el informe plantea también nueve medidas que van desde establecer acuerdos con socios comerciales a largo plazo, desarrollar infraestructuras de importación y mejorar la coordinación del almacenamiento, limitar la posibilidad de comportamientos especulativos, avanzar hacia el hidrógeno y los gases renovables cuando sean coste eficientes, asegurar mecanismos de formación de precios de gas eficientes e incrementar el acceso a las industrias expuestas a competencia internacional.
Hans Korteweg, Director General de COGEN Europe, afirma que «Los líderes europeos deben hacer más para priorizar y recompensar adecuadamente la eficiencia energética, incluido el ahorro conseguido mediante el uso de la cogeneración de alta eficiencia. Aumentar la disponibilidad de fuentes de energía renovables y bajas en carbono, como el biogás/biometano y el hidrógeno, también es fundamental para aquellas industrias que dependen de la cogeneración para garantizar un suministro continuo de calor y electricidad a un coste competitivo.»
Fuente: El Economista