las pocas semanas que quedan hasta que acabe al año son fundamentales para mejorar nuestra fiscalidad. Un momento idóneo para preparar y modificar, a nuestro favor, el resultado de la próxima declaración de la renta, estudiar las posibles deducciones a las que podamos acceder y aplicarlas en las que sea posible.
Para todo esto hay que realizar un análisis activo de nuestros ingresos, de los pagos anticipados de impuestos por las retenciones de trabajo o por los beneficios de productos financieros como depósitos, productos de renta fija, dividendos o fondos de inversión y, por supuesto, todas las posibilidades de rebajar la factura impositiva con deducciones estatales y especialmente las más desconocidas para muchos que se aplican en el tramo autonómico.
Ajusta tus retenciones
Los meses finales del año son importantes si queremos ajustar la retención por nuestro trabajo. Lo más recomendable es hacerlo para pagar lo justo e intentar no tener que pagar de más, ya que la devolución de la misma cantidad la tendríamos tras presentar la declaración, y tampoco de menos, en este caso para evitar tener que hacer desembolsos en la declaración. Tu empresa todos los primeros de año busca ajustar la retención para que sea lo más exacta posible. Para ello, rellenas el modelo 145 que contiene tus datos personales que determinan los ajustes de la declaración (minusvalías, descendientes a tu cargo, deducción por vivienda, etc.). Si se han producido modificaciones que lleven a pagar más (como haber finalizado el pago por tu vivienda) o menos (como tener un hijo), puedes ajustar la retención para evitar sorpresas.
Además, la empresa puede no estar obligada a realizar una retención mayor. Por ejemplo, en contratos inferiores a un año, la retención mínima obligatoria es del 2%. Este es uno de los casos más problemáticos ya que si acumulas otros trabajos que obliguen a presentar la declaración de la renta esta retención estaría muy por debajo de lo que debería y te tocará pagar cuando hagas la autoliquidación. Si financieramente es mejor no anticipar impuestos, la realidad es que podemos tener problemas de pago a la hora de la declaración. Guarda este dinero que pagues de más para poder pagar sin problemas cuando presentes la declaración o pide que la retención sea superior.
El comodín de los planes de pensiones
Las aportaciones a planes de pensiones y otros productos como los planes de previsión asegurados continúan siendo una de las mejores formas para reducir el pago de impuestos. Todo lo que aportemos, hasta un límite de 8.000 euros anuales o el 30% de nuestros ingresos de trabajo o actividades profesionales (el menor de estas dos opciones), se resta de nuestros ingresos. Si a estos se les ha aplicado la retención adecuada, el resultado final será pagar menos impuestos.
Por todo esto, las entidades financieras se afanan en aprovechar esta oportunidad incentivando las aportaciones extraordinarias. Casi todas las entidades permiten hacer estas aportaciones hasta la mañana del último día laborable del año, este ejercicio será el 29 de diciembre. Eso sí, consulta ese límite para no quedarte fuera de este año fiscal.
Estudia todas las deducciones
Desde el 1 de enero de 2013 no hay deducción para los que compren una nueva vivienda habitual (se mantienen para las adquisiciones anteriores), pero existen algunas comunidades autónomas (además de las haciendas forales), que mantienen algunas deducciones, ya sea para jóvenes o si se compra en zonas rurales. Esta es una de las deducciones autonómicas más importantes, pero hay muchas más: alquiler, seguros de salud, gastos escolares, etc.
Mira en la guía fiscal de la declaración de la renta del 2015 cuáles son las deducciones autonómicas, consulta si siguen vigente, conoce sus límites y como debes justificar las mismas.
También ten en cuenta estos mismos límites y tener justificación para otras deducciones interesantes, cantidades aportadas a ONGs, que pueden alcanzar un tercio de las cantidades aportadas.
Ajusta tus inversiones y aprovecha las minusvalías
Revisar el estado de tus inversiones es fundamental. El primer punto es aprovechar el diferimiento de impuestos. Podemos tener ganancias importantes pero que no nos interesen vender en este año. En este caso, podemos traspasar el fondo a otro producto sin riesgo para consolidar la ganancia y realizar la venta en otros ejercicios económicos.
Otro punto importante es poder aprovechar minusvalías para realizar ventas y no tributar por ellas. Para la declaración de la renta del 2017 podemos compensar hasta un 20% de pérdidas patrimoniales (acciones, inmuebles, etc.), con las ganancias del ahorro. Desde el 2018 el límite aumenta hasta un 25%.
Con estos cuatro puntos, podrás mejorar tu fiscalidad del año 2017… antes de que digamos hola a un nuevo ejercicio fiscal.
Fuente: Cincodías.com