El repunte de los precios eleva la factura del IRPF en 4.110 millones de euros. Mientras la subida media es de 199 euros, los madrileños pagarán 240 euros más, seguidos de los catalanes con 224 euros.
Cuando el debate sobre una reforma fiscal está encima de la mesa y se espera que el grupo de expertos elegidos por el Ministerio de Hacienda presente su abanico de medidas, presumiblemente a final de mes, el Gobierno ya ha aplicado su primera gran medida tributaria. Y ha sido en el impuesto de la renta de las personas físicas, el popular IRPF. Se trata de una subida de impuestos en toda regla, al no deflactar la tarifa de este tributo en función del IPC.
Sin hacer absolutamente nada y gracias a una tasa de inflación del 6,5% en 2021, el Ejecutivo va a dar un importante mordisco a los contribuyentes de 4.110 millones de euros, lo que supone una media de 199 euros per cápita. En su conjunto, todos los contribuyentes experimentarán un incremento de su carga fiscal por el efecto del descontrol de los precios.
Se trata del denominado incremento de la fiscalidad “en frío”, que no es otra cosa que no actualizar la tarifa del impuesto y el resto de los elementos en función de la inflación. La progresividad en frío de esta medida tiene la peculiaridad de pasar desapercibida, ya que supone una subida impositiva encubierta sin que sea necesaria la adopción de acciones discrecionales por parte del Gobierno.
La realidad que subyace de esta medida es que en la práctica supone un incremento impositivo poco visible y que, precisamente por ello, todos los Gobiernos ponen en marcha al no tener coste político alguno.
De la cifra total que costará al contribuyente esta medida, 1.693 millones proceden de la no indexación de la tarifa y otros 2.416 millones de haber hecho lo mismo con el resto de los elementos del impuesto.
Si hasta ahora la inflación no había jugado un papel estelar en el conjunto de la economía española, gracias a la relativa estabilidad que ha venido registrando en los últimos ejercicios, el fuerte empuje de los precios energéticos a lo largo del pasado año, hasta cerrar en el 6,5%, va a provocar que los declarantes por el IRPF paguen más, a pesar de que han perdido poder adquisitivo, en su declaración que tendrán que presentar al fisco en unos meses.
De esta manera Hacienda ha optado por la medida más sencilla, que es no hacer nada y de paso asegurarse un importante incremento de la recaudación. Todos los contribuyentes sin excepción del nivel de sus rentas pagarán más pese a haber perdido poder adquisitivo, según se desprende de un estudio realizado por el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense José Félix Sanz, que edita la Fundación Disenso.
Este trabajo viene a poner de relieve cómo la inflación desfigura la renta sometida a gravamen, ya que reduce en términos reales los mínimos exentos y reducciones aplicadas para el cálculo de la base liquidable. Además, la medida hace añicos la progresividad del impuesto, ya que empuja a un número de declarantes hacia tramos superiores de la tarifa, pese a que la renta real no ha variado.
Al cierre de 2021, según los datos adelantados por Hacienda, la recaudación por IRPF ascendió a 94.546 millones de euros, tras experimentar un crecimiento del 7,5%. El estudio pone de manifiesto el comportamiento de esta medida de inacción del Gobierno y de qué manera ha afectado a los contribuyentes en función de su renta, dependiendo de su comunidad autónoma e incluso de su provincia de residencia.
Así, podemos ver cómo los madrileños sufren en su bolsillo con mayor virulencia esta subida de impuestos encubierta, ya que pagarán 240 euros de más por no adecuarse los distintos elementos del impuesto a la evolución de la inflación; los catalanes les siguen a corta distancia, con 224 euros adicionales.
Los declarantes en Asturias experimentarán un sobreimpuesto de 208 euros, seguidos de los residentes en Aragón y Cantabria, con 206 euros adicionales.
Por el contrario, los contribuyentes que tendrán que hacer frente en menor medida a esta subida impositiva en frío, serán los de Ceuta y Melilla, con 80 euros, y los residentes en La Rioja, con 99 euros.
Subida encubierta
Este ejercicio de microsimulación realizado por el catedrático José Félix Sanz viene a ratificar, con el aval de las cifras, las palabras del premio Nobel Milton Friedman, quien afirmó que “la inflación es un impuesto sin legislación”. En este trabajo se pone de relieve por tanto, cómo la denominada progresividad en frío tiene la peculiaridad de pasar relativamente desapercibida al ser una subida impositiva encubierta que no necesita de normas ni acciones por parte del Gobierno.
Dispersión
El desglose de la sobrecarga fiscal que se desprende del estudio desciende hasta el nivel provincial, donde puede extraerse cómo los madrileños son los contribuyentes con mayor sobreimpuesto en IRPF por efecto de la inflación, con 240 euros. A continuación se sitúan los barceloneses, con 231 euros de media, y los contribuyentes de Baleares, con 215 euros por persona.
Dentro del grupo que supera los 200 euros de coste adicional por la inflación llama la atención Zaragoza, con un incremento de su factura en renta de 212 euros, seguida de los 209 euros de Gerona y los 208 y 206 euros de ovetenses y cántabros, respectivamente. Sobresalen también los alcarreños, a quienes la declaración les va a costar 204 euros adicionales.
Fuente: Cincodías.com