Las diferencias entre autonomías multiplican por más de 14 el impuesto a pagar. Galicia y Cantabria son la otra cara de la moneda, según un estudio elaborado por Arag. Cataluña, La Rioja y Castilla-La Mancha aumentan la tributación de Sucesiones. 

Una persona que hereda de uno de sus padres en Comunidad Valenciana llega a pagar al fisco hasta 14 veces más que alguien en esa misma situación en Madrid, Murcia, Extremadura o La Rioja. Y si heredase en otras ocho autonomías españolas, ni siquiera tendría que hacer frente a ese pago del impuesto de Sucesiones. Es la situación que refleja un estudio elaborado por la compañía especializada en defensa jurídica Arag.

Las fuertes diferencias existentes en el impuesto de Sucesiones y Donaciones entre unos y otros territorios a la hora de heredar siempre ha generado polémica. Un debate que vuelve al primer plano político ante la negociación para la armonización fiscal anunciada por el Gobierno de Pedro Sánchez y Esquerra Republicana (ERC).

El análisis de Arag parte de un supuesto concreto: una persona de 30 años de edad que hereda de uno de sus progenitores. Para poder comparar pese a las distintas bonificaciones y tramos de reducción que fija cada autonomía, el estudio se centra en tres niveles según el valor del patrimonio a heredar: 300.000 euros, 500.000 euros y un millón de euros.

Las de menor cuantía

En caso de la herencia de menor importe, y por tanto el caso más común, se estima que un valenciano tiene que pagar 3.582 euros. La Comunidad Valenciana es la única que supera el tipo medio del 1% en este supuesto, en que se recibe el 50% de la vivienda habitual con un valor aproximado de 150.000 euros, ahorros por esa misma cantidad y 9.000 euros de otros efectos personales.

Por detrás destaca Cataluña, que con un tipo del 0,78% y un importe de 2.407 euros, casi dobla a las siguientes comunidades en la lista, Baleares y Navarra. En ambas, el heredero debe abonar más de mil euros por el tributo.

Esas cifras contrastan con la fiscalidad en el resto de territorios. Así, en la mitad de las comunidades autónomas no se tiene que abonar dinero por el impuesto de Sucesiones y Donaciones según el análisis. En otras cuatro comunidades -Extremadura, Murcia, La Rioja y Madrid- y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, los beneficiarios tienen que pagar cifras muy inferiores: algo más de 250 euros.

Los valencianos también vuelven a ser los que sufren una mayor carga impositiva en el segundo nivel, para patrimonios de medio millón de euros. En este caso las diferencias en importes y tipos entre comunidades se amplían mucho más y Castilla-La Mancha y Castilla y León superan a Cataluña y Navarra, que pese a ello se mantienen en la parte alta de la tributación. En este nivel intermedio un madrileño paga 31 veces menos que un valenciano y 18 veces menos que un catalán.

En el último escenario contemplado, para patrimonios ya superiores al millón de euros, Castilla y León y Aragón, con tipos del 14,5% y de 11,6%, respectivamente, rebasan tanto a Comunidad Valenciana como a Cataluña, que los sitúan entre un 7% y un 9%.

Las excepciones

En el lado opuesto, Cantabria y Galicia son las dos únicas autonomía en que las bonificaciones y reducciones existentes dejan en cero euros el impacto fiscal para los tres casos analizados. Andalucía y Canarias son otras de las regiones que destacan por los bajos tipos impositivos en todos los escenarios planteados.

Para María Esther González, abogada fiscalista de Arag responsable del estudio, en el caso de las herencias de patrimonios menos elevados, el importe a pagar en cada región «va muy asociado a la reducción por parentesco», que en el caso de Comunidad Valenciana «es muy baja, prácticamente inexistente», frente a otros territorios.

El resultado del ránking es similar al que la firma realizó en 2019 y que también encabezaba Comunidad Valenciana. Según destaca González, ha habido modificaciones relevantes en cuatro autonomías desde el anterior estudio en la normativa del impuesto de Sucesiones. «En el caso de Castilla-La Mancha, Cataluña y La Rioja, han aumentado tributación porque han reducido las bonificaciones aplicables. La única que ha ido en sentido contrario ha sido Galicia, que ha ampliado la reducción de 400.000 a un millón de euros», apunta.

Fuente: ElEconomista.es