Calviño: «Si hay un momento en el que toca subir impuestos es ahora». La subida de IRPF a los «ricos» sólo afectará al 0,5% de los contribuyentes y apenas aportará 400 millones.
Tras los últimos bandazos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, va perfilando una lista de cinco impuestos con la que intentar amortiguar el aumento de gasto público. «Si hay un momento en el que toca subir impuestos es ahora», afirmó ayer la ministra de Economía, Nadia Calviño. En declaraciones a Antena 3 argumentó que con crecimiento económico «es el momento de hacer cambios», porque en la crisis no es posible. Subrayó que en España la presión fiscal «está muy por debajo de la media comunitaria» y «está claro que no podemos pensar que nuestras finanzas son sostenibles si no ajustamos el sistema ahora».
El problema es que el menú de impuestos que perfila Hacienda no sirve para el teórico objetivo de conseguir que paguen más los más ricos. «Hay una bolsa habitual de ricos que quedan a salvo y que no les afectaría ni la subida del IRPF», afirma a este diario el presidente de la asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, José Luis Groba. En su opinión, para lograr este objetivo «hay que tomar medidas meditadas y con un estudio que combine el IRPF con el Impuesto de Patrimonio y el Sucesiones y ver quiénes tienen más bienes y derechos, que no coinciden con los que más salario declaran».
Los cinco impuestos pueden generar una recaudación extra a corto plazo de miles de millones al año, aunque todos tienen contraindicaciones.
IMPUESTO DE SOCIEDADES
Es el que más claro tiene el presidente del Gobierno y forma parte de sus promesas electorales. Se trata de elevar el tipo medio efectivo desde el insólito 6,9% hasta el 15% que podría generar 4.000 millones más de recaudación anual. El problema es que se trata de un impuesto en crisis en toda la OCDE por la actual carrera de todos los países para bajarlo con tal de atraer inversión y quitársela a otros países. El propio primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha anunciado una rebaja. Además, el presidente de CEOE, Juan Rosell, considera falso el dato oficial de la Agencia Tributaria y sostiene que el real ronda el 20% en línea con otros países. A su juicio, «subir la presión fiscal a las empresas lastraría la competitividad y reduciría la inversión nacional y extranjera». El economista de Unidos Podemos, Carlos Sánchez Mato, considera imprescindible someter a tributación los beneficios obtenidos en el exterior, pero, según las empresas, implicaría violar convenios de doble imposición y frenar la dimensión internacional de los grupos españoles o empujarlas a la deslocalización.
DIÉSEL
Es la otra gran herramienta de recaudación, puesto que equiparar la fiscalidad del diésel a la de la gasolina encarecería el primero en diez céntimos por litro. La recaudación anual potencial es de 2.140 millones, según los cálculos del PSOE, aunque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, recalcó ayer que se introduciría de forma «progresiva» y dejando fuera a los transportistas. Sánchez lo incluye dentro de la lucha para evitar «30.000 muertes cada año por contaminación». La contraindicación es que, pese a presentarse como meramente medioambiental, dejaría fuera a los mayores usuarios, que son los profesionales y castigaría a la clase media y trabajadora. Por otra parte, las patronales del sector aseguran que «el diésel no contamina más que la gasolina» y que el problema se centra en los vehículos de más de diez años de antigüedad con ambos carburantes.
TRANSACCIONES FINANCIERAS
Sepultado el impuesto a la banca, el Gobierno sólo mantiene ya el que grava las transacciones financieras, que, según sus cálculos, podría generar unos 1.000 millones de recaudación. Defiende gravar con un 0,1% la compraventa de acciones, pero Podemos pide más. Montero pretende dejar fuera la deuda pública para poder seguir colocándola y está en juego si, como pide Podemos, se grava también la compraventa de derivados, lo que puede tener impacto adicional en los mercados.
GOOGLE
El impuesto sobre las grandes plataformas tecnológicas puede generar 600 millones anuales, pero está a debate en la UE por si genera efectos contraproducentes para el proceso de digitalización de su industria. Sánchez no insistió ayer en aplicarlo por su cuenta y afirmó que «hay que hacerlo desde Europa, junto a nuestros socios».
IRPF
La ministra Montero insistió ayer que la subida de hasta cuatro puntos del tipo máximo para los que declaren rentas superiores a 140.000 euros se establecerá por deseo de Podemos y no porque crea en sus efectos recaudatorios. Se estiman más de 400 millones en función de cuántos puntos se termine subiendo, pero se puede reproducir el problema del pasado de un incremento hace caer el número de declarantes.
Fuente: ElMundo.es