A falta de conocer los detalles pormenorizados de las decisiones que se han tomado en el Tercer Pleno del Partido Comunista de China (PCCh), el subdirector de asuntos económicos y financieros del partido, Han Wenxiu, anunció que van a realizar una reforma fiscal «proactiva» para «obtener mejores resultados».
Entre esas medidas fiscales que va a tomar la administración de Xi Jinping radica una posible distribución de la carga fiscal entre los gobiernos locales y central. Esto resulta importante, ya que muchas provincias y municipios no tienen fondos para darle un impulso al crecimiento económico debido a la profunda crisis inmobiliaria.
La clave de esta medida radica en que, a pesar de que la mayoría de gobiernos locales tienen las competencias para proporcionar gran parte de los servicios públicos, no tienen capacidad recaudatoria para ingresar fondos para pagarlos a través de los impuestos, lo que les obliga a recurrir a métodos de endeudamiento.
Este sistema ha provocado que se genere un enorme acúmulo deuda oculta de estas administraciones de segundo y tercer nivel. Según las últimas estimaciones, apuntan a que este pasivo está entre los 70 a 75 billones de yuanes (unos 9,5 billones de euros). Además, también están incurriendo en dificultades para pagar las nóminas de los trabajadores públicos. Todo esto emana de la fuerte crisis inmobiliaria que azota al país, principal fuente de ingresos de las regiones y los ayuntamientos, gracias a la venta de tierras para la construcción de inmuebles.
En este sentido, explicó que el Pekín necesitaba acelerar la emisión de bonos especiales para que los gobiernos locales pudiesen seguir funcionando. «El gobierno necesitaba aprovechar los fondos fiscales para impulsar el crecimiento del mercado y el ajuste estructural». Esta afirmación va a ser bien recibida por los inversores que están a la espera de políticas de estímulo más fuertes para ayudar al país en esta crisis inmobiliaria.
«Necesitamos mejorar las relaciones fiscales entre los gobiernos central y locales», aseveró el portavoz. Esto incluirá un incremento de los recursos fiscales hacia las entidades inferiores que puedan hacer que se expandan sus sistemas recaudatorios de impuestos, al mismo tiempo que puedan aumentar el gasto público cubierto por Pekín.
Al mismo tiempo, en esta reforma fiscal «proactiva» que mencionó Han también se está considerando crear nuevas normas tributarias que cubran a sectores como el comercio electrónico, entre otros. «Se realizarán investigaciones para hacer que el sistema tributario de China sea compatible con nuevos modelos de negocios», agregó.
Todo este panorama en el inmobiliario está generando una profunda crisis económica que está ralentizando el consumo de los hogares, un problema que el propio Han ha reconocido. «El sector inmobiliario y sus sectores upstream y downstream se están contrayendo en todos los ámbitos, lo que reduce constantemente las expectativas sociales, así como la demanda general», dijo Nie Wen, analista macroeconómico jefe de Hwabao Trust. «Se necesita urgentemente inversión gubernamental para estabilizar o impulsar la demanda», dijo el experto a Bloomberg Economics.
Gestión del inventario
Desde hace ya un tiempo el gobierno chino está implementando medidas para atajar la profunda crisis inmobiliaria que está azotando al país. Desde el estímulo a la compra particular hasta la liberación de 300.000 millones de yuanes (unos 40.000 millones de euros) en créditos para que las entidades locales compren parte de los 60 millones de pisos vacíos que hay actualmente en el inventario.
Para esta nueva etapa, tras la reunión del PCCh, los funcionarios han acordado que «es necesario» gestionar el inventario existente y crear nuevas políticas que satisfagan la demandas de calidad habitacional.
«Aunque hemos visto algunos cambios positivos en el sector inmobiliario, necesitamos avanzar tanto en la gestión de los inventarios existentes como en la implementación de nuevas políticas», afirmó un portavoz en la rueda de prensa de este viernes.
Fomentar la economía privada y la inversión
En el pleno celebrado esta semana también se plantearon medidas para fomentar la economía privada, así como estímulos para incrementar la productividad del sector manufacturero. «El sistema debe facilitar la inversión de capital y catalizar la inversión privada, formando un mecanismo que esté basado en el mercado para impulsar el crecimiento endógeno de la inversión», indicaron.
Entre las medidas que van a adoptar, según informó la agencia de noticias gubernamental Xinhua, optimizarán los sistemas de protección de los derechos de la propiedad, divulgación, el acceso al mercado y la supervisión del crédito.
«Al promover la apertura de alto nivel, China ampliará la apertura unilateral a los países menos desarrollados y abrirá al resto del mundo sus mercados de bienes, servicios, capital y trabajo de manera ordenada», dijo Han.
Fuente: El Economista