La Comisión Europea destaca que España utilizará las ayudas europeas del Fondo de Recuperación para financiar inversiones adicionales dentro de su plan presupuestario.

Nueva llamada a la contención en el gasto público de la Comisión Europea al Gobierno de Pedro Sánchez para mantener controlado a medio plazo el alto nivel de deuda pública en el medio plazo. Un endeudamiento que se ha disparado al 122% sobre el PIB tras el impacto de la crisis económica que ha dejado el Covid-19.

«Dado el nivel de deuda pública de España y los altos desafíos de sostenibilidad a medio plazo antes del estallido de la pandemia del Covid-19, a la hora de tomar medidas presupuestarias de apoyo, es importante preservar una política fiscal prudente para asegurar unas finanzas públicas sostenibles a medio plazo», señaló ayer el Ejecutivo comunitario en su valoración sobre el borrador presupuestario español dentro del Semestre Europeo.

A pesar de la llamada de atención para una posición fiscal prudente, el Ejecutivo comunitario dio su visto a las cuentas públicas españolas, que ante la suspensión de las reglas fiscales se ha basado en un análisis cualitativo.

Bruselas destacó que el borrador de presupuestos español utilizará las ayudas procedentes del Fondo de Recuperación de la UE para financiar inversiones adicionales que proporcionarán un «apoyo continuo a la recuperación», tal y como había recomendado a los países con un nivel elevado de endeudamiento a la hora de elaborar los presupuestos. España será el país de los 27 que más se apoyará en los fondos comunitarios en sus presupuestos para financiar la recuperación en 2022.

La Comisión, de hecho, señala en su análisis que el borrador remitido por el Gobierno de Sánchez «contractivo», incluso a pesar del impulso que darán los fondos europeos, y no expansiva como el resto de países de la UE, con la excepción de Eslovaquia. Según explicaron los técnicos comunitarios, esto se debe a la retirada de algunas de las medidas de apoyo a la economía desplegadas desde el estallido de la pandemia.

En cambio, Italia fue el país que se llevó el mayor toque de atención. La Comisión reprochó al Gobierno de Mario Draghi no haber limitado suficientemente el crecimiento de sugasto corriente financiado a nivel nacional y pidió al país transalpino, cuya deuda pública se ha disparado a más del 150%, adoptar medidas de contención presupuestaria y, al igual que España, mantener un gasto público prudente.

Bruselas anota en su evaluación el fuerte desfase entre las previsiones macroeconómicas que baraja la Comisión, que prevé que la economía española crezca el 5,5% el año que viene, frente a las del Gobierno que apuntan un crecimiento del 7%, principalmente por el ajuste a la baja realizado por el INE, especialmente para el dato de este año.

En este sentido, el Ejecutivo comunitario indica que estas diferencias pueden tener un impacto mayor en las estimaciones de inversión y consumo privado, ya que los Presupuestos de Sánchez prevén tasas de crecimiento superiores a los que pronostican los técnicos comunitarios.

Desempleo

Por otra parte, la Comisión mantuvo a España dentro de su lista de países bajo una vigilancia en profundidad para detectar posibles desequilibrios macroeconómicos. A Bruselas le preocupa también, junto al déficit y la deuda pública, el endeudamiento del sector privado, la posición exterior, el riesgo de un aumento de la morosidad en el sector bancario y el elevado nivel de desempleo.

Sobre el paro, la Comisión alerta en otro informe dedicado especificamente al mercado laboral que el nivel de desempleo de larga duración en España se encuentra en una «situación crítica», al registrar una leve reducción de tres décimas en el último año hasta el 5%. Además, insiste en que la segmentación del mercado laboral «sigue siendo un motivo de preocupación».

Recomendaciones para la zona euro

Por otra parte, el paquete del semestre europeo lanzado por la Comisión señala que la posición fiscal en la zona euro se mantendrá moderadamente acomodaticia durante 2022, año en el que se mantendrá activada la cláusula de escape del Pacto de Crecimiento y Estabilidad y que está permitiendo a los países barra libre de gasto público para luchar contra el impacto de la pandemia.

«Un apoyo moderado no significa endurecimiento: significa orientación», ha señalado el comisario económico, Paolo Gentiloni.

La Comisión recomienda a los países orientar gradualmente las medidas fiscales hacia las inversiones y prestar atención a la calidad de las medidas. Al mismo tiempo, también recomienda que la política fiscal sea «ágil» para reaccionar si reaparecen los riesgos asociados a la emergencia sanitaria.

De hecho, Gentiloni apuntó la reciente subida de los contagios en Europa como el primer riesgo que afronta la economía europea en los próximos meses, después de que cada vez más Estados Miembros están reintroduciendo restricciones para frenar la expansión del virus.

«Esto tendrá cierto impacto en nuestra economía, especialmente en los servicios intensivos de contacto», reconoció el comisario comunitario» que aseveró que «no esperamos que tengan el mismo impacto en la actividad económica que los bloqueos del invierno pasado».

La inflación, cuya previsión es que probablemente escale más en los próximos meses para posteriormente empezar a desinflarse a lo largo del año que viene, y la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas de suministros son los otros dos grandes obstáculos que encara la recuperación europea.

Fuente: Expansión.com