La Comisión Europea llama a la puerta de la prudencia fiscal. Su vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, comentó ayer que «es el momento de avanzar a posiciones fiscales más prudentes» en los países europeos, dado el contexto de alta inflación y subidas de tipos.
La Unión Europea ha gastado un total de 657.000 millones de euros en paquetes de ayuda para aliviar el impacto de la crisis energética y la invasión de Ucrania, según los últimos cálculos del observatorio económico Bruegel. Las reglas fiscales, en pausa desde la pandemia, estarán, previsiblemente, de vuelta en 2024, por lo que las instituciones europeas comienzan a señalar el camino de la contención fiscal, en un contexto de aumento de el gasto público y de los tipos de interés.
Dombrovskis explicó que, pese a la mejora de las previsiones económicas, «no hay tiempo para la complacencia», ya que el crecimiento es positivo, pero «bastante lento». «Es importante reducir gradualmente los déficits presupuestarios» para que la política fiscal no contradiga a la política monetaria y no alimente la inflación, pero también a la vista de los costes de financiación más altos», afirmó el comisario.
Las propuestas de Bruselas a los Estados miembros se formulará en marzo, mes en el cual habrá una cumbre para debatirla. Fuentes conocedoras explican que la propuesta de la Comisión abogará por poner en el centro del debate la sostenibilidad de las cuentas públicas y los planes que articulen los países para alcanzar los objetivos de déficit y deuda. Pese a ello, los objetivos de establecer un déficit que no sobrepase el 3% y una deuda del 60% del PIB seguirán presentes.
Presidencia española
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, urgió al Ejecutivo comunitario a presentar «cuanto antes» el proyecto legislativo, de modo que las negociaciones avancen lo máximo posible bajo la actual presidencia sueca de la UE. La intención de Calviño es culminar el proceso del restablecimiento de las reglas fiscales, «si es posible», durante la presidencia española, que se producirá en la segunda mitad del año, explicó Calviño.
España, junto a otros países del sur de Europa como Italia o Grecia, sufren un ratio de deuda sobre el PIB muy elevada, que en el caso español alcanzó en torno al 116% el año pasado. La construcción de las nuevas reglas fiscales interesa especialmente a España, ya que, merced a su situación fiscal, podrá ser de los países más afectados por las mismas.
Según explicó la propia Calviño, España ha gastado 45.000 millones de euros para paliar los efectos de la guerra y avanzó que las ayudas aprobadas en diciembre «ya incorpora elementos automáticos que las irán eliminando a medida que baje la inflación», comentó la ministra. La temporalidad de las medidas va en línea con las recomendaciones de Bruselas para evitar que las ayudas discrecionales tengan un impacto negativo en los niveles de inflación.
Fuente: Cinco Días