¿Iberdrola?, ¿Endesa?, ¿Repsol?, ¿Cepsa?, ¿Naturgy?, ¿Acciona?, ¿EDP?. ¿Cuál de las siete mayores empresas de energía en España ha sido la más perjudicada por el nuevo impuesto creado por el Gobierno contra las grandes energéticas y los bancos?
Justo hoy se cumple un mes desde que ese impuesto, ideado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez bajo el argumento de minorar los beneficios extra, empezó a liquidarse. Es un tiempo suficiente para obtener una foto exacta de los desperfectos que esa tasa va a causa en cada empresa.
A priori, se diría que las más dañadas son las que más se han quejado durante la tramitación parlamentaria del impuesto, como Repsol. O las que más han gritado públicamente, como las que componen la patronal eléctrica: Iberdrola, Endesa y EDP.
Pero un examen objetivo, atendiendo solo a los números, revela que no es así. Este periódico ha analizado el impacto de la tasa en función de su volumen total. Y también en términos relativos, en función de cuánto supone realmente en proporción a los beneficios. También se ha analizado en cuánto ha quedado la tasa finalmente, en comparación a la previsión inicial que se hacía.
Sorpresas
Las conclusiones son sorprendentes. Repsol es la compañía más afectada en términos absolutos, con un impacto de 450 millones de euros. Pero no en comparación con los beneficios obtenidos.
Esa cifra supone poco más del 10% de sus ganancias de 2022, un ejercicio en el que la cuenta de resultados se disparó hasta los 4.251 millones, un 70% más.
Aunque Repsol es la que más paga por volumen absoluto, es la que más se ha ahorrado una vez que el Parlamento introdujo enmiendas a la normativa de ese impuesto, por la iniciativa de PNV y Ciudadanos. Repsol preveía un impacto de más de 800 millones originalmente. Las enmiendas acotaron el impuesto a negocios en España, entre otras modificaciones. Con diferencia, la empresa más afectada en términos de beneficios ha sido Cepsa, que tiene que pagar este año 325 millones. Son 75 millones menos que lo que preveía, pero es un 29% de su beneficio, y eso que las ganancias se dispararon en 2022 un 66%, hasta los 1.100 millones.
10% de media
En términos de beneficios, la siguiente más afectada es Naturgy, que con 300 millones (lo mismo que preveía), la tasa se come un 18% de sus ganancias. Cepsa y Naturgy están muy por encima de la media del 10% de impacto en beneficios que ha sufrido el sector.
Las empresas que mejor han salido paradas han sido las dos grandes eléctricas, Iberdrola y Endesa, así como EDP y Acciona Energía. Para Iberdrola, el impacto final ha quedado en 250 millones, 150 millones menos de lo previsto. Esa cifra supone menos del 5% de los beneficios de la compañía en 2022, que marcaron un récord histórico al batir los 4.300 millones de euros.
1.548 millones en total
En el caso de Endesa, el impacto ha quedado en 208 millones, 192 millones menos de lo que inicialmente se preveía. Esa cifra representa algo más del 8% de los beneficios de 2022, que tuvieron un crecimiento récord del 77% y batieron los 2.540 millones de euros.
EDP pagará 50 millones, lo que preveía. Es un 7% de sus ganancias. Acciona Energía es la que menos incidencia sufre, con apenas 15 millones de euros, que no llegan ni al 2% de sus ganancias en un ejercicio que, en términos de beneficios fue espectacular, al duplicar la cuenta de resultados, hasta más de 750 millones de euros.
En conjunto, las siete mayores energéticas tienen que pagar este año 1.548 millones de euros, 817 millones menos de lo que inicialmente se preveía. Son las que aportan el grueso del sector. Se estima una factura anual para todas las energéticas de algo más de 1.600 millones, frente a los 2.000 millones previstos inicialmente. En dos años, serán 3.200 millones.
BP y Disa
Además de Repsol, Cepsa, Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP y Acciona Energy, tienen que pagar el impuesto BP, Península Petroleum, Petronieves y Disa.
Una de las grandes críticas al impuesto es el golpe que supone a la capacidad inversora de las empresas. Según los parámetros del propio Gobierno en la tramitación de los fondos públicos Next Generation, por cada euro de dinero público, se movilizan entre 3 y 4 euros de inversión privada (vía financiación y recursos propios). Según esa misma aritmética, los 3.200 millones del impuesto en dos años, supondrán un drenaje en la capacidad de inversión de más de 10.000 millones de euros. Y lo que es peor, esta merma supondrá paralizar o, en el mejor de los casos, ralentizar la creación de más de 137.000 puestos de trabajo para la transición energética.
Fuente: Expansión