Ángel Garrido fue el disciplinado militante del Partido Popular, que tras la caída de Cristina Cifuentes sometió su ADN al escáner de la dirección nacional del partido para descartar el virus de la corrupción o de cualquier otro escándalo. Discreto, analítico, y en silencio, ha ido dando pasos sobre un parqué político etéreo y disparatado.
De depender de Génova, a ser un referente en el conjunto de su siglas. Ahora no sabe si repetirá en las listas a la Comunidad. Entre tanto, a Garrido le preocupa el arranque de Pedro Sánchez. No encuentra argumentos para anunciar el freno a la reforma de la financiación autonómica, ni tampoco le suena bien la música de la ministra de Hacienda que defiende la armonización fiscal. Mientras, en Madrid hay una receta: «crecer, crear trabajo, pagar menos impuestos, y recaudar más».
Usted ha llegado a la presidencia de la Comunidad con la eventualidad con la que se vive ahora la política. ¿Ha tenido que cambiar mucho el guión de lo que estaba haciendo la señora Cifuentes?
Afortunadamente, tenemos un esquema de trabajo que se basa en cumplir el programa electoral. Puede que otros partidos políticos no lo hagan. Pero es cierto que, en lo esencial, sobre todo en materia económica, ya teníamos claro hacia dónde queríamos ir. Y, respecto a eso, la primera medida ha sido bajar los impuestos.
Hablando de bajada de impuestos, ustedes presentaron un Anteproyecto de Ley de Medidas fiscales, y al poco tiempo Ciudadanos presentó otro paquete de medidas más o menos parecidas…
En efecto, en marzo presentamos el proyecto de ley de medidas fiscales, e inmediatamente Cs quiso hacer algo similar. Ellos nunca han querido la bajada de impuestos. De hecho, ni siquiera iba en su programa electoral. Tampoco lo pidieron en la negociación de investidura de Cifuentes. En cualquier caso, lo que queremos es que se haga un paquete de medidas que favorezca a los madrileños con rebajas fiscales, y lo que le hemos dicho a Ciudadanos es que estamos dispuestos a incorporar aquellas cosas que estén en su paquete de medidas que no estén en el nuestro.
¿Cree que las mociones a Cifuentes y Rajoy han podido acabar perjudicando a Ciudadanos?
No sé si están seguros de eso. Lo que sí tienen que saber es que en alguna medida, haber perdido el Gobierno de la nación ha sido responsabilidad de ellos. Se puede criticar todo, pero lo que no se puede es criticar a unos y callar lo de otros. Por eso creo que parte de la responsabilidad de que ahora no gobierne el PP, es de Ciudadanos. Lo saben, y lo saben los votantes de Cs. Y hoy por hoy, Albert Rivera es un político sencillamente irrelevante, porque no aporta nada. Y hasta ahora solo ha aportado el desgaste del Partido Popular.
¿Es Madrid una comunidad privilegiada, un paraíso fiscal?
Cuando se habla de paraíso fiscal o dumping fiscal hay una cuestión clara. Eso sería así, si el resto de CCAA no pudieran hacer lo que hacemos nosotros. La realidad es que hacemos cosas que podrían hacer cualquier comunidad. Y si no las hacen es porque no quieren o porque no saben. A nosotros nos va muy bien. Crecemos más que la mayoría y, creamos más trabajo que nadie y tenemos los impuestos más bajos. Les cedo el copyright. Este es un modelo de éxito.
El presidente Pedro Sánchez ha reconocido que en esta legislatura no habrá reforma de la financiación autonómica, en todo caso habrá mejoras puntuales. ¿Teme que en secreto beneficie a Cataluña?
Me parece mal que alguien que ya ha declarado que aspira a gobernar dos años, renuncie a seguir trabajando en un modelo de financiación autonómica, que ya estaba lanzado, y del que ya había conclusiones del comité de expertos. Por lo tanto, mal. El modelo de financiación es un problema que está sobre la mesa.
¿Y sobre la bilateralidad?
El modelo transparente es de negociación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, con un debate transparente y plural.
¿Le preocupa que la ministra Batet haya defendido que la Constitución no representa los intereses de la inmensa mayoría?
Lamentablemente, estamos asistiendo a guiños para intentar congraciarse con el independentismo. Es un error absoluto. Con el fanatismo no caben ese tipo de guiños. Y desgraciadamente, lo que tenemos no es un problema de independentismo, porque en nuestro país es absolutamente legal. El problema es que tenemos un grupo fanático dirigiendo la Generalitat.
¿Puede detallar ese tipo de guiños?
Por ejemplo, hablar del acercamiento de los políticos presos, que no de los presos políticos. Porque entre otras cosas, eso es algo que no le corresponde al Gobierno. Le corresponderá en su momento al juzgado, luego el Gobierno no debe influir, y creo que ni siquiera debe comentarlo. Por ejemplo, permitir las embajadas. Otro error. Una cosa es tener una delegación en Bruselas, y otra tener una embajada con la idea clara de trabajar por la secesión de una parte de España. Insisto, son muchos guiños absolutamente equivocados.
A la nueva ministra de Hacienda, le gusta hablar de armonización fiscal, ¿cómo le suena esa música?
La ministra, cuando habla de armonización de fiscal, como habla el PSOE, se refiere básicamente a subir impuestos. Vamos a decir las cosas sin metáforas y sin circunloquios. El PSOE sabe de subir impuestos, poner trabas y quitar competencias a las CCAA en materia de ingresos. Parece increíble que en un estado que tiene delegadas competencias en materia de gasto a las CCAA, como en un estado federal, pretenda en materia de ingresos, retirar competencias. A nosotros nos gusta ser responsables fiscalmente, y tener la capacidad de tomar nuestras propias decisiones. Lo rechazamos de plano. El Partido Socialista solo cree en el gasto. Nosotros, no.
En la segunda rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, su portavoz anunció la sanidad universal. Sanidad para todos, los sin papeles, los extranjeros que viven en España y no están censados. ¿Cómo afecta eso a las arcas autonómicas? ¿Puede retrasar las listas de espera?
En Madrid siempre hemos dado cobertura universal. Ninguna persona, ningún ser humano que tenga un problema sanitario se va a quedar sin atender, porque eso ya es una cuestión de humanidad. Otra cosa es lanzar el mensaje de que en España poco menos que se puede hacer turismo sanitario, porque eso lo acabamos pagando todos.
Pero, ¿cómo se cuantifica económicamente ese gasto?
Eso tiene un coste para los madrileños. Acaba afectando a las arcas. Por eso insisto en que tiene que haber un mecanismo que permita financiar nuestra sanidad pública. Y por parte del Estado, hoy por hoy eso no está funcionando.
Luego, según el planteamiento gubernamental, ¿sería comunidad quien asuma el coste?
Pero es que cuando hablamos de financiación, hablamos de lealtad institucional. Es decir, si el Gobierno de la nación quiere poner en marcha cualquier mecanismo, cualquier asunto que les parezca bien, nosotros estaremos encantados,pero siempre que nos den financiación.
Háblenos de Telemadrid. La gente de su partido dice que ahora está escorada hacia la izquierda…
Nosotros hicimos una ley, que tuvimos que sacar sin mayoría absoluta. Y por ello tuvimos que soportar muchas presiones, y seguro que no es la ley que queríamos. Pero al final, las mayorías marcan también qué tipo de leyes tienen que salir. Y es cierto, hoy se puede decir de Telemadrid, con absoluta rotundidad, que no está politizada por el Gobierno. Lo reconocen todos los grupos, incluida la izquierda. El hecho de que haya críticas, también del PP, demuestra que no está mediatizada por el Gobierno de Madrid.
Es inevitable que le preguntemos por la Universidad Rey Juan Carlos. Acabamos de conocer que un exconcejal de Gallardón admitió que ‘no hizo ni el huevo’ por obtener el mismo máster que Cifuentes. ¿No le parece preocupante la situación? ¿Hay que cerrar la URJC?
Entiendo esa preocupación. Es un asunto muy importante. Pero también creo que tiene que abordarlo, sobre todo la universidad, porque existe un principio de autonomía universitaria. Nosotros podemos establecer leyes, pero tienen que respetar ese principio. ¿Se pueden incorporar mecanismos de transparencia y control? Sí. Y creo que deberíamos abordar una ley que vaya en esa línea.
Si le parece, cambiamos al tercio nacional. Una moción ha desalojado a Rajoy de La Moncloa. ¿Estaba el Gobierno del PP despistado? ¿No pudo prever lo que iba a pasar?
Creo que aquí han pasado dos cosas. Por un lado, siempre hubo una tentación por parte de la izquierda en el amplio sentido de la palabra, en la que lamentablemente se incluyen grupos radicales, independentistas y soberanistas, de que no gobernara el Partido Popular. Esa amenaza siempre ha estado ahí. ¡Todos contra el PP! Y luego, hay que incluir a la vez, que Ciudadanos, en lugar de cooperar vio margen de maniobra y de poder arañar votos al Partido Popular. Ese error tiene que asumirlo Ciudadanos y se lo tiene que explicar a sus votantes. Y es que Mariano Rajoy no gobierna España por culpa de Ciudadanos: esto es así.
Y PNV, ¿cómo queda en todo esto?
También. El PNV es un partido que suele actuar de modo bastante oportunista. Siempre ha sido así. Se sumó a toda esa línea de partidos soberanistas. Aunque creo que el PNV no está exactamente en esa onda, pero siempre tiene esa tentación de estar más al lado de los soberanistas que de los demás.
Hoy, más que nunca, se habla de fuego amigo, de juego sucio. Pablo Casado dice que en política no hay casualidades…
La política se ha enrarecido mucho. Desgraciadamente vemos episodios que tienen que ver con los ataques personales, y ahora se hace un escrutinio de la vida de las personas que nos dedicamos a la política que es absolutamente insoportable. Nadie soportaría un análisis, minuto a minuto de tus últimos 30 años de vida. Nadie. Pero parece que eso está de moda.
Rajoy les ha pedido debates de altura, con grandeza, sin ahondar en carencias o defectos…
Estoy de acuerdo. En este proceso tenemos que tener altura, destacar virtudes, y desde luego no señalar los defectos de los demás.
¿Qué le ha parecido el descarte de su homólogo Núñez Feijóo?
Quizás tenga que ver con esta situación de la política tan complicada. Uno tiene que tomar decisiones en clave personal. Todos tenemos familia, tenemos objetivos vitales que van más allá de la política, y la política ahora es una labor muy dura, que supone mucho desgaste.
¿Cree que Feijóo ha dejado el PP hecho unos zorros?
No, no lo creo. Es verdad que durante unos días ha podido cundir esa sensación, y seguro que su ‘no’ ha provocado una cierta decepción entre la militancia. Pero en el PP, como en otros partidos, hay personas que gustan a muchos, y algunas que no gustan tanto.
Y Cospedal, su candidata, ¿es de las que gustan?
Creo que Cospedal gusta a casi todos por varias razones: tiene experiencia en el partido, en el Gobierno, en ganar elecciones, lo hizo en Castilla La Mancha. Reúne a priori las cualidades de cualquier persona que quiere que gobierne el PP.
¿Podría ser el señor Ángel Garrido el futuro candidato del Partido Popular en la Comunidad de Madrid?
Yo no pienso en eso ahora. No lo pensaba cuando tuve la oportunidad de ser presidente, y no lo pienso ahora tampoco. Pienso en trabajar un año, que es mucho tiempo, y en cumplir mis obligaciones. Y si lo soy, pues estupendo. Y si es otra compañera, estupendo también, porque tendrá todo mi apoyo.
Fuente: ElEconomista.es