Las compañías energéticas hacen una lista de pedidos al Gobierno para la redacción del nuevo Real Decreto en materia de autoconsumo. Todas ellas coinciden en que los puntos básicos y necesarios de la nueva normativa deben basarse en mayores incentivos fiscales para las compañías, menos burocracia para aprobar proyectos y más inversión en la red distribuidora de energía.
Así lo aclararon los ponentes que participaron en el III Foro Empresarial: Los retos de la nueva normativa del autoconsumo, organizado por elEconomista.es. Para estos incentivos fiscales, los representantes de las empresas energéticas no quieren solo «deducciones de IRPF», sino otras medidas como la bajada del IVA al 0% y otros más específicos para este tipo de proyectos. Porque, tal y como explicaron, «solo así podemos desbloquear este mercado del autoconsumo y hacerlo atractivo».
Y es que al final el objetivo de fomentar este autoconsumo es el de sustituir los combustibles fósiles por energías renovables y sostenibles. El propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) afirmó que el objetivo es llegar a la generación de al menos 19 GW mediante este autoconsumo, pero las energéticas explican que el objetivo es ambicioso para el ritmo que está llevando ahora mismo la industria: «A este ritmo vamos a llegar, como mucho a los 15GW en 2030. Tenemos que aumentar esa media de 1,7 nuevos GW al año para hacerlo».
Para ello, otro de los problemas que observaron desde las energéticas es la alta burocratización del sistema. Muchos de ellos reclamaron que hay trámites que «siguen siendo en persona», por lo que reclaman una digitalización. También, explicaron que es necesaria una simplificación en el papeleo y eliminar ciertos límites que, para algunos de los ponentes, son innecesarios, como la losa de la distancia entre los puntos de autoconsumo: «Los radios deberían ser más amplios», demandaron.
Otro de los puntos en los que incidieron bastante los ponentes de la mesa de debate fue la necesaria inversión en la red eléctrica del país. «España nunca ha tenido un solo problema de abastecimiento, teniendo una de las mejores redes de Europa, pero hay que actualizarla, ya que la generación de energía ahora es bidireccional: no solo va, sino que ahora el propio cliente la genera».
De ahí salió justo un gran debate precisamente sobre la generación de la energía por parte de particulares y empresas y qué hacer con esos excedentes. Algunos de los ponentes reforzaron que el RD debería calificarlos como «vertidos», pero todos están de acuerdo en que hay que incidir en su aprovechamiento.
Aquí se dieron dos posturas principales para no desestimar estos recursos, como es el fomentar la instalación de baterías físicas en las plantas fotovoltaicas para tener capacidad de almacenaje para las horas en las que menos energía se genera o bien incidir en una regulación y en un aumento del autoconsumo colectivo. Este último consiste en la distribución de la energía sobrante de clientes (ya sean residenciales, industriales o comerciales) y que esta sea aprovechada por otros grupos que la necesiten.
Esto, no obstante, recalcaron las energéticas que tampoco se puede dar por hacer instalaciones que no estén acordes con las necesidades específicas del cliente: «No podemos hacer instalaciones a clientes muy por encima de su consumo pensando que luego van a poder vender sus excedentes y enriquecerse. Este no es el modelo», afirmaron.
Fuente: El Economista