El 51% de los economistas españoles cree que la economía empeorará en los próximos meses y tres de cada cuatro avisan de las «barreras» que suponen los altos impuestos y las crecientes cargas laborales, según el último Barómetro Económico del Consejo General de Economistas de España (CGE).
El Gobierno ha insistido en los últimos meses, por activa y por pasiva, en la fortaleza y resiliencia de la economía española que, en palabras del propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pasado de ir «como una moto» a hacerlo «como un cohete». Sin embargo, la percepción que tienen los agentes económicos no es tan uniforme ni concluyente. La partitura del crecimiento no suena con la misma intensidad en todos los sectores de actividad, ni sus efectos se han trasladado por igual a empresas y familias.
De hecho, la cifra de procedimientos concursales, lo que es sinónimo de negocios en apuros, se disparó en 2024 hasta cifras inéditas en más de una década después de haber crecido un 22% en el año. Con este telón de fondo, los economistas españoles advierten de que si bien «es evidente que hay señales positivas a nivel macroeconómico», España sigue teniendo por delante importantes retos y desequilibrios que condicionan su potencial de crecimiento a futuro, como el grave problema de la vivienda, el abultado endeudamiento público o las dudas sobre la sostenibilidad de las pensiones.
Todo ello aderezado por unas crecientes cargas impositivas y laborales al tejido empresarial que lastran la competitividad de la economía. De hecho, para más del 70% de los economistas españoles la elevada presión fiscal y los costes salariales representan «las mayores barreras de nuestra competitividad».
Así lo refleja el último Barómetro Económico del Consejo General de Economistas de España (CGE), correspondiente al segundo semestre de 2024 y publicado ayer, que recoge las opiniones de economistas colegiados de todo el territorio nacional y en el que se muestra que ambos factores preocupan al 74% y al 72% del colectivo (presión fiscal y costes salariales, respectivamente); esto es, prácticamente a tres de cada cuatro.
SMI, jornada, impuestos…
Una inquietud que se produce en un contexto marcado por los cambios. En el ámbito laboral, por el nuevo aumento del SMI que se perfila para 2025 y la controvertida reducción de la jornada laboral, que ha provocado un cisma sin precedentes entre los socios del Gobierno de coalición, PSOE y Sumar. Y desde el prisma fiscal, por la reforma acometida recientemente por el Gobierno y que ha traído consigo nuevos incrementos impositivos.
En este sentido, la encuesta revela que «las nuevas reformas e impuestos en sectores estratégicos como banca y energía (este último, a priori condenado a decaer por la falta de apoyo parlamentario) son vistas como un obstáculo para la competitividad por dos tercios de los economistas: el 66,7%».
Dependiendo del sector de actividad en el que trabajan los economistas (muchos son asesores de empresa), la percepción es aún más negativa. Así entre quienes trabajan en el sector del comercio, el 83,3% cree que estos cambios fiscales tendrán «efectos desfavorables», porcentaje que es del 71,4% en el caso del sector bancario y del 70,5% en el de la industria.
Empeoramiento
Los economistas tampoco son tan optimistas como el Gobierno sobre la marcha de la economía. De hecho, más del 51% cree que la economía empeorará en los próximos seis meses, en contraste con el modesto 16,7% que prevé una mejora, mientras que el 45,1% anticipa un retroceso en la demanda interna y el consumo de los hogares en los primeros meses de 2025, frente al 38,8% que pronostica que se mantendrán estables o el 16,1% que aprecia signos de mejora.
Fuente: Expansión