No habrá Presupuestos para 2024. Ni en Cataluña, ni en España. El órdago del presidente de la Generalitat y líder de ERC, Pere Aragonès, al convocar elecciones anticipadas en Cataluña para el próximo 12 de mayo después de ver tumbado su proyecto presupuestario ha dado al traste con la agenda que manejaba el Ministerio de Hacienda, que aspiraba a impulsar sus propias Cuentas Públicas para 2024 la próxima semana pero ante la incertidumbre política que se abre se resigna ya a reservar sus balas para los Presupuestos de 2025.

El adelanto electoral en Cataluña «altera el tablero político», ha admitido este miércoles la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ya anticipaba que si unos Presupuestos Generales del Estado para este año «no fueran posibles, si no pudiéramos presentarlos para el año 2024, que como saben hay un tiempo ya limitado porque el año va avanzando, hay un trabajo muy importante preparado para los próximos».

Así lo ha declarado a la prensa, según recoge Efe, tras inaugurar una jornada organizada por la consultora Thinking Heads y en la que ha coincidido con el expresidente del Gobierno Mariano Rajoy y el exlíder del PSOE excomisario europeo Joaquín Almunia. Posteriormente lo ha confirmado ya como decisión firme en declaraciones a Cadena SER.

«Sin duda, la convocatoria electoral en Cataluña altera de forma clara el tablero político», ha remachado», recordando que actualmente «los Presupuestos en España están prorrogados desde el 1 de enero y lo que corresponde después de leer los acontecimientos y siendo realistas es aprovechar esto trabajaos y preacurdos a que hemos llegado con algunas formaciones políticas para trabajar en los Presupuestos de 2025». «Es lo que es sensato y lo que estamos empezando a trabajar después de esta vertiginosa realidad que todos los días nos convoca», ha sostenido, apuntando a la necesidad de «velar por el interés general» pero también por la «oportunidad» política que abren las nuevas elecciones catalanas.

Lo cierto es que las cuentas de 2023 llevan prorrogadas desde el pasado 1 de enero como consecuencia del adelanto de las Elecciones Generales durante el año pasado y la tardanza en atar un acuerdo de investidura, que impidieron cumplir el calendario presupuestario habitual, que fija que el proyecto presupuestario sea presentado a las Cortes en septiembre.

A partir de ahí, el pulso con Junts por la redacción de la Ley de Amnistía, y el doble veto del PP a la senda fiscal del Gobierno en el Senado habían ido retrasando la presentación de un nuevo proyecto presupuestario extemporáneo para 2024, que Montero aspiraba a llevar al Consejo de Ministros del próximo martes, y al Congreso de los Diputados el jueves siguiente.

El fracaso del Govern de ERC a la hora de sacar adelante sus propios presupuestos apoyado en los socialistas catalanes, por el revés de los comunes, ha propiciado un adelanto electoral que promete alimentar la batalla entre los socios secesionistas del Ejecutivo nacional, en minoría parlamentaria, lo que ha terminado por desactivar su intento por impulsar nuevos Presupuestos para este mismo año.

Para el Gobierno de coalición formado por PSOE y Sumar, la aprobación de unos Presupuestos supondría un enorme balón de oxígeno con el que afianzar una legislatura compleja, en la que al desgaste que ha supuesto la negociación de la amnistía para los participantes del procés se le ha sumado el escándalo de corrupción de la supuesta trama de comisionistas por compras públicas de mascarillas del caso Koldo.

La ausencia de nuevas cuentas públicas complicará al Ejecutivo cumplir su agenda económica y social, ejecutar las ayudas europeas o cumplir los nuevos objetivos de déficit.

Sánchez promete a Gentiloni un plan fiscal

Precisamente este miércoles, horas antes del anuncio de Montero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió al comisario de Economía de la Comisión Europea, Paolo Gentiloni, al que recibió en La Moncloa, que su Gabinete estaba ultimando unos Presupuestos Generales del Estado para 2024, así como un «plan fiscal estructural a medio plazo», con los que ajustar las cuentas públicas a los nuevos límites de déficit y deuda.

En el marco de las nuevas reglas fiscales europeas, el Ejecutivo se ha comprometido con Bruselas a reducir el déficit del 3,9% del PIB al límite comunitario del 3% este ejercicio, lo que deberá lograr ya sin un Presupuesto que articule el esfuerzo. En todo caso, en septiembre deberá entregar a Bruselas un plan de ajuste que garantice una senda descendente de la deuda pública, hoy cerca del 107%, lo que según los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) conllevará medidas de rebaja de gasto o alza de ingresos por 37.000 millones de euros a 4 años vista (o 7 si incluye reformas estructurales).

El Ejecutivo aspira a ver suavizado el esfuerzo por el crecimiento de la economía española, líder de la UE en 2023, con un alza del 2,5%, y con visos de superarla otra vez este año, con un 2%,
subrayó Sánchez, que destacó su «resiliencia y fortaleza».

Durante la cita se abordó la petición del cuarto desembolso de fondos europeos, que Gentiloni discutirá este jueves con el ministro de Economía, Carlos Cuerpo. El pago, de 10.021 millones, podría acabar siendo parcial ante el retraso en la aprobación de la reforma del subsidio de desempleo.

Fuente: Expansión