Este año es relativamente sencillo tener un saldo positivo en muchas inversiones. Ganar dinero. Las bolsas, en general, suben, muchas empresas han retomado dividendos más altos y la renta fija y los depósitos han ofrecido rendimientos no vistos en años. Es, por tanto, un ejercicio en el que puede ser muy conveniente revisar todas las ganancias y realizar posibles plusvalías adicionales para compensar minusvalías que queden pendientes de los cuatro años anteriores, como permite Hacienda. Sobre todo, teniendo en cuenta que todavía es posible aprovechar las pérdidas sufridas en el año de la pandemia o las que multitud de activos dejaron en 2022.
Es una de las primeras recomendaciones que dan los expertos en fiscalidad a estas alturas del año de cara a la declaración del IRPF que se presentará en 2024. Se debería «realizar un ejercicio de planificación financiera y fiscal para ver si compensa reembolsar o vender algún otro producto con beneficio y compensarlo con esos rendimientos negativos que tiene pendiente», señalan desde Abante.
La probabilidad de que se dé esta situación es más alta que otras ocasiones teniendo en cuenta el contexto de los mercados en los últimos años. En 2022, sin ir más lejos, los principales índices bursátiles europeos y estadounidenses cerraron en negativo. Y aunque en 2020 algunas bolsas lograron remontar de las caídas históricas, 15 valores del Ibex acabaron con descensos superiores al 10%. En momentos de pánico al inicio de la pandemia, el índice español llegó a dejarse casi un 40% entre febrero y marzo. Muchos inversores vendieron acciones o fondos de bolsa y renta fija asumiendo las minusvalías, rodeados de incertidumbre y confusión. El escenario es totalmente contrario este año. Todas las principales bolsas están en positivo, sumando importantes ganancias que en el caso del Ibex ya rondan el 20%.
En la práctica, el primer paso es compensar todo lo que se pueda este año. Y a partir de ahí se introduciría las pérdidas arrastradas de otros años. La Agencia Tributaria distingue dos compartimentos dentro de las rentas del ahorro que implica que haya ciertos límites. Una cosa son las ganancias o pérdidas patrimoniales (generadas por ventas de inmuebles, fondos, acciones…), que se pueden compensar entre ellas; y otra, los rendimientos del capital mobiliario (intereses de cuentas y depósitos, dividendos y cupones de renta fija…), que también puede mezclarse. Una vez hecho esto, existe un límite del 25% para compensar de forma cruzada.