Jaque de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al impuesto a las grandes fortunas. La región eliminará la bonificación del Impuesto de Patrimonio (gestionado por las CCAA) a partir de los tres millones de euros para que Madrid se quede con la recaudación en vez de que lo ingrese el Estado a través de la tasa a los ricos. Este movimiento dejará sin efecto el nuevo impuesto estatal. Hacienda solo recaudará por él unos 70 millones de euros al año.
Stella Raventós, presidenta de la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF), señala que el impuesto a grandes fortunas sobre todo aplica a las CCAA donde Patrimonio está bonificado. «Si el contribuyente ya ha pagado Patrimonio, se resta de la cuota íntegra de grandes fortunas y si sale cero, no hay que presentarlo. Madrid se quedará el dinero que podría recaudar el Estado», dice.
La Administración Tributaria ingresó este año por grandes fortunas 623 millones de euros, de ese volumen, casi el 90% (555 millones de euros) lo recaudó de los contribuyentes madrileños. Ahora, el Grupo Parlamentario Popular de la Asamblea de Madrid ha registrado por el trámite de lectura única (que agiliza los plazos) la Proposición de Ley para recuperar el Impuesto sobre el Patrimonio. Es decir, eliminará la bonificación a partir de los tres millones de euros (rango desde el que se cobra la tasa a los ricos).
La tasa a los ricos es un impuesto estatal que grava el patrimonio de los contribuyentes con un tipo del 1,7% para las fortunas de entre 3 millones a los 5,3 millones; del 2,1%, entre los 5,3 millones y los 10,6 millones; y del 3,5%, a partir de los 10,6 millones de euros. De modo que, si las CCAA mantienen para Patrimonio el tipo máximo para las fortunas más altas, el Estado no recaudaría nada.