La revisión del presupuesto de la Unión Europea, para 2024-2027, es uno de los principales debates del primer día de la Cumbre de líderes de la UE. Una conversación que gira en torno a un informe presentado por España que, en calidad de presidencia semestral del Consejo de la UE, busca liderar el diálogo para evitar el recorte del 30% del gasto comunitario que supondría redirigir fondos ya existentes en lugar de destinar nuevos recursos de los países.
Lo que plantea el informe presentado por España es que redistribuir la actual dotación del presupuesto comunitario a otras partidas perjudicaría a los fondos de Cohesión, el programa Erasmus +, Europa digital, Europa espacial, según el informe de Bruselas y el documento español al que ha tenido acceso elEconomista.es.
La revisión del presupuesto comunitario, que fijará las bases de gasto de la UE de los próximos años, parte de la propuesta de la Comisión Europea, del pasado junio, para aumentar el presupuesto en casi 100.000 millones de euros, de los cuales 66.000 millones se destinarían a ayuda a Ucrania y a asumir los costes del alza de endeudamiento por la subida de los tipos de interés para el periodo 2024 hasta 2027.
El texto desmenuza que 50.000 millones se destinarán a Ucrania, 17.000 millones en ayudas y 33.000 millones en préstamos y que algunos países consideran que el importe del apoyo militar «del Fondo Europeo para la Paz, fuera del presupuesto de la UE debería tenerse en cuenta junto con el Apoyo financiero del Mecanismo para Ucrania propuesto por la Comisión para el período 2024-2027».
Además, España pone de relieve en el documento que, de forma generalizada, los Estados miembro están de acuerdo en la necesidad «más predictibilidad en los presupuestos nacionales», en particular detallando los niveles de ayudas y préstamos, su distribución en el tiempo y las cantidades que se movilizarán anualmente.
El objetivo de este jueves no es tanto llegar a una decisión concreta como a un acuerdo político para seguir avanzando en las negociaciones. La vista está puesta en tener un acuerdo a final de año, dadas las divergencias habituales entre los Estados miembro reticentes a aportar más recursos, los frugales. A su llegada al encuentro, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, relacionó la revisión de los presupuestos comunitarios y de las reglas fiscales y manifestó su intención de cerrar un acuerdo sobre ambos expedientes «antes de finalizar el año».
Sobre los 19.800 millones para financiar los costes del alza de tipos de interés de los fondos Next Generation, el documento que España presentó a la negociación recoge las diferentes posturas de los Estados miembro: por un lado entre quien pone de relieve que debe ser un instrumento «excepcional» y «limitado» para hacer frente a la «situación de incertidumbre» sobre los costes del endeudamiento del programa de salida de la pandemia.
Por otro, recoge la «preocupación» de los Estados miembro sobre la previsibilidad de sus presupuestos nacionales «con un instrumento sin límite como el propuesto por la Comisión», en tercer lugar, el de los países que directamente rechazan la creación de un instrumento adicional y los que abogan por redistribuciones del presupuesto para abordar estos costes «al menos parcialmente»:
Se trata de una cuestión para la que se necesita la unanimidad de los veintisiete países de la UE, aunque el punto de partida estaba ya muy dividido. La principal oposición la había planteado Hungría, reacia a destinar 50.000 millones de euros a Kiev hasta 2027. Un rechazo al que se ha sumado Eslovaquia.
Pero ya Países Bajos, Dinamarca, Austria y Suecia demandaron una revisión de fondos europeos no asignados para redistribuir tales partidas. Una opción que, según un informe elaborado por la Comisión Europea, recortaría el gasto de la UE en un 30%.
Tal postura la contraponen países como España, aunque los países bálticos fueron especialmente vocales. El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, manifestó su respaldo a dotar de 50.000 millones de euros a Ucrania y fue un paso más allá: «Creo que esta cantidad es insuficiente, a menos que nos comprometamos a volver sobre este tema si fuera necesario».
En rueda de prensa en la Cumbre, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, tildó de «dilema tradicional», las tiranteces entre los países de la UE y descartó que se pueda llegar a un acuerdo en el corto plazo.
Fuente: El Economista