Así lo pone de relieve Garamendi en una tribuna como parte de un informe sobre ejecución de fondos europeos de EY en el que el representante de los empresarios valora que España sea de los países más avanzados en el despliegue de los fondos, aunque la primera fase ha estado más centrada en acometer reformas que en llevar a cabo las inversiones.
Tras el tercer desembolso del plan, aprobado en marzo de este año, España ya ha recibido 37.036 millones de euros, lo que supone más de la mitad del montante total de fondos previsto para la primera fase, que asciende a 69.520 millones. «Queda ahora que el Gobierno solicite el cuarto desembolso del plan, por 10.000 millones de euros, algo necesario en un momento como este en el que se debería consolidar la adjudicación de los fondos y su ejecución», explica el presidente de la patronal.
A su juicio, «nos encontramos en punto clave», con el inicio de la segunda parte del plan de recuperación, que se articula a través de la adenda aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 6 de junio y que está siendo evaluada por Bruselas.
«La aprobación de la adenda abre un nuevo escenario donde la negociación con la Comisión Europea será fundamental para reajustar el avance de los hitos y objetivos del plan y donde la participación de las empresas en el rediseño de las grandes líneas de ayuda, de programas específicos y de convocatorias debe ser esencial», añade, según recoge Servimedia.
En este escenario, reclama continuar impulsando una mayor flexibilización en el acceso y el reparto de los fondos para lograr que lleguen de forma «efectiva» a todas las capas del tejido económico. En este punto, defiende que «las cargas burocráticas existentes y los plazos tan ajustados de determinadas convocatorias son aspectos que consideramos mejorables».
En esta línea, agrega que habría que impulsar una mayor coordinación con las comunidades autónomas para «garantizar una mayor agilidad y asegurar la capilaridad de las ayudas, así como para que los proyectos se adecúen a la realidad territorial».
Por último, indica que la participación y gestión del sector financiero debe ser un «elemento vertebrador» de las ayudas en esta segunda fase del plan, donde debe tener un «papel fundamental» para la canalización de los préstamos. Asimismo, incide en la «conveniencia de reforzar la figura del Perte como palanca principal para impulsar proyectos verdaderamente transformadores, con capacidad de arrastre de la economía».
Fuente: Expansión