La percepción de justicia fiscal en España va por barrios. Los altos directivos y gerentes de empresa son, con diferencia, el colectivo profesional que cree con más fuerza que aquellos que más dinero tienen son también los que más impuestos pagan a Hacienda. Al otro lado están los trabajadores de tareas precarizadas como las labores domésticas no remuneradas, quienes dudan en mayor proporción de que exista este equilibrio tributario.
Según la encuesta Opinión pública y política fiscal (XL), publicada ayer por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 32,4% de los directores y gerentes cree que los impuestos se cobran con justicia, frente al 8,6% de trabajadores domésticos no remunerados, el 12,8% de los jubilados, agricultores y trabajadores agropecuarios, forestales y pesqueros, o el 15,5% de los oficiales y operarios. El resto de categorías profesionales, entre las que están los científicos e intelectuales, los técnicos, los administrativos, los operadores industriales o los parados, creen en la justicia fiscal en aproximadamente el 20% de las ocasiones. Tan solo los estudiantes, en casi un 40% de los casos, confían en que efectivamente tributan más quienes más tienen.
La encuesta del CIS ofrece una radiografía precisa de las sensaciones y opiniones que tienen los diferentes colectivos profesionales en materia fiscal. De entrada, a nivel general, solo el 19,7% del total de los trabajadores cree que hay justicia a la hora de cobrar los impuestos, mientras que un abrumador 77,4% opina que no y tan solo un 2,9% o no lo sabe o no contesta.
A partir de aquí, únicamente un 11,2% de los encuestados declara que en España se pagan pocos impuestos, mientras que un 48,2% se decanta por responder que regular y un 37,7% habla de muchas cantidades. El 2,8% restante prefiere no opinar.
También en este apartado, de nuevo, hay diferentes pareceres en función del colectivo preguntado. Los que más creen que se pagan muchos impuestos son los trabajadores del hogar, en un 51% de los casos. Les siguen los oficiales y operarios y los trabajadores elementales, ambas categorías en aproximadamente un 48% de las ocasiones, y los trabajadores inactivos, en un 47%. Los que menor sensación de esfuerzo tributario presentan son los jubilados o pensionistas que anteriormente habían trabajado, quienes creen que se pagan muchos impuestos en solo un 32% de las veces.
También hay diferencias notables en cuestiones como cuáles deberían ser las principales fuentes de recaudación. De manera general, un 70,9% de la población cree que los impuestos directos como el IRPF o Patrimonio, que gravan las rentas o la riqueza de manera proporcional y progresiva, deben ser primordiales, mientras que solo un 23,5% opina que deben pesar más las figuras indirectas como el IVA, que afectan a todos los contribuyentes por igual. Los parados, en un 77,6% de las ocasiones, creen que los impuestos directos tienen que ser los que más pesen. Al otro lado están los militares y cuerpos policiales, quienes creen en el protagonismo de la imposición directa solo en un 54,8% de los casos.
De cara a esta encuesta, el 78,1% de los españoles habla de los impuestos como una herramienta necesaria para que el Estado pueda garantizar los servicios públicos o redistribuir la riqueza, y solo un 20,3% habla de ellos como “algo” que el Estado obliga a pagar “sin saber muy bien a cambio de qué”. La categoría que más recela del uso de los impuestos es la de los trabajadores del campo y los pescadores, en un 40,6% de las ocasiones. Por contra, los que más confían en sus efectos positivos son los científicos e intelectuales.
También hay grandes diferencias a la hora de evaluar la realidad del fraude fiscal y sus consecuencias. De forma genérica, el 37% de los españoles cree que existe mucho engaño, el 51,6%, que hay bastante, y solo un 9% opina que hay poco o muy poco fraude. Sin embargo, mientras que los cuerpos policiales y militares o los técnicos y profesionales de nivel medio opinan que hay mucho fraude en un 51% y un 43% de los casos, respectivamente, la cifra cae al 28% en el caso de los agricultores.
Dentro de las curiosidades que muestra el CIS, el 16,1% del total de los españoles cree que el fraude se produce porque “los salarios son demasiado bajos y hay que buscar otras opciones para conseguir dinero”. Sin embargo, mientras que los operarios y artesanos ratifican esta teoría en el 30,4% de los casos, los directivos lo hacen solo en el 8,2%. Los gerentes, a su vez, solo creen en un 14,4% de las veces que “los que más tienen evitan o minimizan” sus obligaciones tributarias frente al 21,7% medio o el 26% de los agricultores o el 25% del personal de apoyo administrativo.
Fuente: Cinco Días