Según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil irlandés, la compañía estadounidense de alquiler turístico tributó al Fisco de este país un 74% menos respecto a 2020, cuando pagó hasta 26,4 millones de dólares (23,9 millones de euros) en impuestos. La situación, sin embargo, podría cambiar ante la puesta en marcha de nuevos impuestos y una tasa mínima a nivel global. De hecho, Airbnb advierte en sus cuentas de que una mayor carga fiscal podría poner en riesgo parte de su negocio y frenar los alquileres de pisos vacacionales.
Después de que España, Francia, Italia y Reino Unido, por ejemplo, hayan impulsado un gravamen para los servicios digitales y de que la OCDE impulse un plan para garantizar que los beneficios de las empresas se graven allí donde llevan a cabo su actividad económica, la empresa advierte en concreto en un comunicado a la SEC, el supervisor de la Bolsa norteamericana, que esto «puede desincentivar la actividad».
En línea con la OCDE, a finales del año pasado, Bruselas acordó aplicar un tipo impositivo mínimo para todos los Estados miembro antes de que finalice este año del 15%. De la misma manera, otros países como Australia, Canadá, Colombia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega o Singapur, entre otros, ya se han comprometido a aplicar una legislación de las mismas características y con los mismos plazos de tiempo.
Resultados en Europa
Airbnb consiguió en 2021 dejar atrás los números rojos en su negocio internacional, una vez que se fueron superando las restricciones marcadas por la pandemia. Así cerró el ejercicio fiscal con un beneficio neto de 114,6 millones de dólares (104,01 millones de euros), cuando el año anterior sumaba pérdidas de 3.055 millones de dólares (2.771 millones de euros). Además, la cifra de negocio también creció. En concreto, un 57,5%, pasando de una facturación que rondaba los 1.790 millones de dólares (1.630 millones de euros) en 2020 a 2.828 millones de dólares (2.565 millones de euros) un año después.
Más allá de Irlanda, la cabecera de todo el negocio de alojamientos particulaes y turísticos depende directamente de Delaware, un Estado norteamericano que ofrece también numerosas ventajas fiscales. Las cuentas del ejercicio fiscal de 2022 demuestran igualmente un incremento significativo de los ingresos, un 40% a nivel global, hasta situarse en 8.400 millones de dólares (aproximadamente 7.600 millones de euros).
La compañía señala que esto se debe «al aumento del 31% en las noches y experiencias reservadas». El resultado de la compañía fue de 1.900 millones de dólares (1.720 millones de euros), logrando, así, superar las pérdidas de 2021, que fueron de 352 millones de dólares (unos 310 millones de euros) en todo el mundo.
Tras la pandemia, la compañía ha demostrado que ha superado la crisis sanitaria y las restricciones de movilidad que trajeron consigo. El negocio de alojamientos vacacionales vuelve a recuperarse dos años después del Covid-19.
Fuente: El Economista