Poco más de 1.000 millones de euros: esto es lo que España recauda por los impuestos sobre contaminación y recursos, según un informe publicado esta semana por Eurostat. La cifra representa menos del 5% del total de ingresos que obtuvo en 2021 el país por impuestos ambientales. El resto provino de las tasas impuestas sobre el transporte y la energía, que juntas contribuyeron a las arcas con más de 20.000 millones de euros. De acuerdo con la agencia de estadística, la categoría impositiva abarca los tributos sobre los desechos domésticos, la producción de aguas residuales, bolsas de plástico y algunas ramas de actividad, como pesca o caza.
Pese a la cifra tan baja, España fue en 2021 el tercer país europeo que más recaudó en esta categoría, solo por detrás de Países Bajos y Francia, que obtuvieron poco más de 3.000 millones de euros por la gestión de este tipo de residuos. Para este año, los Presupuestos Generales del Estado contemplan ingresar 1.453 millones.
Los impuestos sobre la contaminación y los recursos representan una parte muy pequeña de los ingresos medioambientales. Hace dos años, por ejemplo, la media de recaudación en el continente fue de 416 millones euros. No obstante, hay grandes diferencias entre los Estados miembro. En Alemania, Croacia, Lituania y Eslovaquia no existían, hasta 2020, impuestos que encajaran en la definición que contempla la agencia de estadística europea. En Letonia y Estonia, los hogares aportan menos del 3% de la recaudación; también en España, donde las empresas que suministran electricidad, gas, y aire acondicionado pagan alrededor de dos tercios del total.
En una visión más global se observa que España sigue siendo uno de los países de la UE que menos recauda por impuestos medioambientales. En 2021 solo representaron un 4,5% de los ingresos fiscales procedentes de tasas y contribuciones sociales. Es la cuarta cifra más baja en todo el continente y está un punto por debajo de la media, según los datos de Eurostat. En términos absolutos, en ese año los ingresos gubernamentales por impuestos medioambientales en los 27 ascendieron a 325.800 millones de euros.
Más impuestos verdes
Después de años de recibir recomendaciones por parte de la Comisión Europea, el FMI o la OCDE, España finalmente ha empezado a endurecer su fiscalidad medioambiental. Los cálculos hechos el año pasado por las autoridades apuntaban a que sería el principal instrumento para aumentar la recaudación, con hasta 15.000 millones de euros extra. Además de alimentar las arcas del Estado, la medida entra dentro de los compromisos hechos con Bruselas en el Plan de Recuperación y abarca las emisiones de aviación y transporte marítimo, matriculación y circulación, energía eléctrica y gestión del agua y residuos.
Las medidas más recientes entraron en vigor en enero de este año y derivan de la Ley 7/2022, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Se trata del impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables y del impuesto sobre el depósito e incineración de residuos en vertederos. Ambos pretenden incentivar la prevención de residuos y la mejora de su gestión, aplicando así la jerarquía de residuos recogida en la citada ley. A nivel tributario, las medidas implican un pago de 45 céntimos de euro por envase de plástico no reutilizable y otro cobro de entre 1,5 y 40 euros al depósito en vertedero e incineración.
El nuevo impuesto al plástico grava la fabricación, adquisición intracomunitaria e importación de envases no reutilizables y de embalajes secundarios y terciarios que contengan este material. De esta forma, prácticamente cualquier empresa que opere en España y compre mercancías envasadas del exterior tendrá que pagar la nueva tasa. Las únicas excepciones son los medicamentos, productos agrícolas y reciclado mecánico certificado.
Fuente: Cinco Días