Los economistas asesores fiscales del Consejo General de Economistas (CGE) reclaman que se deflacten las tarifas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), estatal y autonómicas, de territorio común, para hacer frente a la inflación. Sin embargo, el Gobierno se niega por el Pmomento a revisar los tipos del IRF, como exige el Partido Popular.
Algunas Comunidades Autónomas sí han elegido deflactar parte de los tramos autonómicos del impuesto. En este sentido, rebajan sus tarifas del IRPF Andalucía, Galicia, Madrid y Región de Murcia, mientras que los territorios forales del País Vasco y Navarra las deflactan al 1,5% y 2%, respectivamente. Cataluña rebaja los tramos inferiores de la tarifa e incrementa levemente los medios, según el último informe del CGE.
Sin embargo, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, insiste en que el Gobierno rechaza una bajada generalizada del IRPF, como pide el Partido Popular, porque, a su juicio, esta medida fiscal «no responde a los retos» que tiene el Ejecutivo en este momento y porque «no baja el precio de la electricidad, ni apoya a los sectores más afectados».
«No lo está haciendo ningún país de nuestro entorno, ni lo recomienda ningún organismo internacional porque no es una medida eficaz para resolver los problemas que genera el conflicto de Ucrania», señaló en una entrevista para Diario de Mallorca.
Además, Calviño sostiene que es «importante ser consciente» de que los impuestos financian los servicios públicos. «Tenemos que apostar por reforzar nuestro Estado del Bienestar: la sanidad, la educación o la defensa. Es lo que nos hace fuertes cuando tenemos que enfrentarnos a los retos que hemos vivido estos últimos dos años, primero con la pandemia y ahora con el impacto de la guerra», añade. Para «resolver los problemas», el Gobierno está «siempre» abierto a tomar medidas eficaces, según explica la vicepresidenta económica. «Y por eso estamos desplegando los instrumentos que son más útiles», dice.
Fuente: El Economista.es