Los expertos creen que hay que mejorar los impuestos actuales e inciden en la revisión de deducciones y tipos reducidos de IVA.
La reforma del sistema tributario español que está preparando un grupo de expertos encargado por el Ministerio de Hacienda, y que se conocerá probablemente en febrero, debe orientarse a lograr suficiencia económica para sostener los recursos públicos; ser equitativa, y contribuir a aumentar la actividad económica y la riqueza del país, objetivos que hasta la fecha no se están cumpliendo. Es la conclusión compartida de los expertos participantes en el debate celebrado ayer sobre La reforma fiscal que necesita España en Foro Futuro, el observatorio de tendencias económicas organizado por CincoDías y Banco Santander.
La presidenta de la comisión fiscal del Colegio de Economistas de Cataluña y profesora de la UPF Barcelona School of Management, Carmen Jover, expuso las líneas maestras que, a su juicio, deben guiar la reforma: “Claridad, sencillez, seguridad jurídica para evitar tanto margen de interpretación y lucha contra el fraude”. Jover indicó que, en materia fiscal, “no hay mucho que inventar pero sí mucho que mejorar”. Y lo demostró con un repaso a los principales impuestos .
En Sociedades, Carmen Jover reclamó modificaciones de calado, como una mayor equiparación entre el cálculo de los pagos fraccionados, que se hace con el resultado contable, y el de la tributación final del impuesto que se realiza con la base imponible. También pidió la eliminación del límite del 30% de los gastos financieros, revisar las deducciones por inversión o concretar más el concepto de “motivo económico válido” para aplicar el régimen especial de reestructuración. En el IVA, es fundamental para Jover repensar los bienes y servicios a los que se aplican tipos reducidos “porque han de ser tipos esenciales” y no una compensación para cualquier colectivo.
En cuanto al IRPF, la reforma debería clarificar conceptos como los gastos deducibles de actividades económicas y, desde luego, aumentar el límite de deducción de las aportaciones a los planes de pensiones ya que, en opinión de Jover, “se trata de un diferimiento, cuando se rescatan tributan y no hay nada malo en complementar la pensión pública con otra privada”.
En la fiscalidad medioambiental, esta especialista confirma que “existe una normativa absolutamente dispersa“ y que hay que incentivar la protección del medio ambiente. Las competencias a las comunidades autónomas son correctas pero “deberían unificarse”: “Hay que avanzar en la política de lucha contra el cambio climático”, declaró.
Un punto de encuentro sobre la futura reforma fiscal es el relativo a los tipos reducidos del IVA, puesto que Fernando Fernández, profesor de Economía del IE Business School, argumentó que “España es un país muy favorable a aplicar tipos reducidos”. El resultado es que solo el 50% del consumo se grava aquí con los tipos normales, mientras que en países como Alemania se llega al 85% o al 100% en otros como Dinamarca.
En cuanto a Sociedades, Fernández cree que la deducción por gastos financieros “castiga al capital propio”. Hay que limitar este castigo, “que solo genera deuda e intentar equiparar el tratamiento fiscal del capital propio y el del ajeno”.
Y en relación a la fiscalidad medioambiental, Fernández considera que la legislación española “está lejos de la europea”, por lo que hay “mucho espacio”. “Hay un impuesto que me gustaría subrayar, y es el peaje de las carreteras. Así pagaría quien utiliza las infraestructuras, no todo el mundo aunque no las utilice”, agregó Fernández.
Para Francisco Pérez, profesor emérito de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de investigación del Ivie, el sistema tributario español arroja “déficits continuados en la redistribución”. Este experto opina que “habría que revisar en profundidad los grandes desafíos que son el aumento de la equidad y la sostenibilidad financiera y medioambiental de los impuestos”.
Pérez afirmó que sin subir los tributos “es difícil recaudar, pero también es difícil que, sin redistribuir, facilitar un crecimiento sostenido”. Al no lograrse el equilibrio, “estará hirviendo la caldera y la disposición de los ciudadanos a pagar impuestos se resiente”.
Por su parte, Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y director de estudios financieros de Funcas, animó a que las propuestas de la reforma que se está preparando “no acaben en un cajón como suele ocurrir”. En la línea de defender que el sistema tributario debe “mostrar capacidad recaudatoria que a la vez contribuya a la suficiencia”, Carbó advirtió de que estamos viviendo “en un entorno muy amable” de tipos bajos de interés. De esta manera, el Gobierno asume que la carga financiera se puede mantener, que la situación financiera es cómoda, “pero esto no va a durar”. Por ello “hay que hacer un esfuerzo por eliminar deducciones”.
No obstante, el catedrático coincide con Carmen Jover en que la limitación de las aportaciones deducibles a los planes de pensiones “es un error”. En su opinión, hay que estimular “todo lo que contribuya a rebajar la tensión del sistema de pensiones público”.
Susana Malcorra, decana de la IE School of Global and Public Affairs, centró su intervención en la coordinación fiscal global. La experta cree que “hay una gran competencia en el mundo a través de la imposición para atraer inversiones, con lo que se han creado sectores privilegiados”.
El 15% global
Malcorra incidió en que “no se puede pensar de manera aislada con una economía digital”. Ya que las grandes multinacionales deciden y arbitran sus políticas, “que no son beneficiosas para todos los países”, “el paso del G20 sobre recomendaciones de la OCDE, de implantar un tipo del 15% en Sociedades para ellas de manera global es positivo e importante”. Si bien, Susana Malcorra considera que “aún es insuficiente”, puesto que la evasión fiscal de las multinacionales está calculada en unos 500.000 millones de dólares, mientras que la recaudación adicional por el tipo del 15% “será de unos 100.000 millones de dólares” que, además, no llegarán por igual a todos los países. “Las actividades económicas innovadoras deben estar bajo el mismo paraguas fiscal”, concluyó.
Sin embargo, para Fernando Fernández esta decisión “es falaz, pues es como decir deme un tipo que yo hago ya la base”. El economista afirmó que la digitalización provoca una disminución en el número de asalariados, con lo que se erosionan las bases imponibles. Ante esto, declaró que la solución es “gravar las rentas gastadas en vez de las generadas, ya que las primeras son mucho más fáciles de comprobar, como ha puesto de manifiesto el gasto realizado en la pandemia, con un crecimiento fuerte del pago con tarjetas de crédito y una reducción del efectivo”.
Fuente: Cincodías.com