La media española del Día de la Liberación Fiscal está este año en el 13 de julio, pero hay notables diferencias entre unas regiones y otras. Por ejemplo, Ceuta, Melilla y Murcia el día 9 de julio ya habían ‘cumplido’ con sus obligaciones con Hacienda, mientras que en Cataluña la fecha se retrasa hasta el 21 de julio, lo que deja la comunidad como el territorio en el que más días de renta se necesitan para pagar los impuestos a la Agencia Tributaria.
Presión fiscal
Lo cierto es que la presión fiscal sobre los hogares ha crecido en 3,84 puntos porcentuales, a pesar de que sus rentas han disminuido un 7,34% en el mismo período (primer trimestre de 2021 frente a primer trimestre de 2020). «Desde el primer trimestre de 2019 (momento en que entró en vigor la subida del 22,3% del salario mínimo interprofesional), la caída acumulada de la renta familiar es del 5,95% mientras que el pago de impuestos se ha incrementado un 5,34% en el mismo periodo», ha explicado la citada fundación.
Para Civismo, asimismo, la probabilidad de que los impuestos continúen su escalada en España es alta. Pese a todo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo hace algunos días que la reforma fiscal que espera Unidas Podemos no se llevará a cabo en 2022. En línea con la tendencia alcista en la presión impositiva, «en las últimas dos décadas el pago de impuestos totales por parte de los hogares se ha incrementado en términos anuales acumulativos un promedio del 3,79%, mientras que, en el mismo período, la suma de las rentas del trabajo y las rentas del capital han subido anualmente una media del 2,84%». Es decir, que cada vez los impuestos son mayores y la capacidad de pago de las familias, vía las rentas que generan, no suben al mismo ritmo, lo cual genera un desequilibrio en la economía de los hogares.
Unido a ello, ahora se paga diez puntos más en impuestos que a finales del siglo XX. «Teniendo en cuenta que el ciclo económico completo parte de 1999-2000, los 10 puntos de subida de impuestos lo son de carácter estructural», comenta Civismo en su informe.
La ‘hipoteca’ del Covid-19
El documento también calcula cuánto habrá que pagar de más en impuestos por el incremento de la deuda durante la crisis del Covid-19. La ratio se disparó en 2020 y se prevé que se mantenga en niveles muy elevados durante los próximos años (sin bajar del 112%, por ejemplo, para el año 2024).
«Aplicando el modelo obtenido en el DLF 2020 de ‘equivalencia ricardiana’, al caso español junto con la restricción presupuestaria básica del Gobierno, el efecto directo de un incremento de la deuda total en 1.000 millones genera en el período siguiente un incremento de los impuestos en 150 millones de euros», explica el informe.
Así las cosas, Civismo calcula que ante un alza esperado de la deuda de 112.580 millones de euros, el coste fiscal podría verse incrementado en 17.326 millones (más de 365 euros per cápita al año) para hacer frente a la misma. «Es razonable pensar que se pueden producir tempranas subidas de impuestos en los próximos meses para las cuales es necesario que los contribuyentes estén preparados. Corremos el riesgo de que los recursos generados por las familias durante el confinamiento tengan que ser destinados a pagar más impuestos en vez de contribuir mediante inversiones a una salida rápida de la crisis del coronavirus, concluye.