Se monitorizan operaciones a partir de un nivel determinado de dinero. Es importantísimo poder declarar y demostrar la procedencia del dinero.
Aunque cada vez es más recurrente el mantra de que el dinero en efectivo tiene fecha de caducidad, lo cierto es que muchas personas aún almacenan ciertas cantidades en sus hogares bajo el pensamiento de que está más protegido o, simplemente, para evitar el pago de comisiones a los bancos.
En estas situaciones, la persona poseedora del dinero debe saber que Hacienda puede seguir sus pasos. El organismo tiene constancia de todo movimiento que implique retiradas o ingresos de efectivo de billetes de 500 euros y, en definitiva, cualquier ingreso que supere los 3.000 euros. Son los bancos los que han de dar de forma obligatoria esa información a la Agencia Tributaria.
Esto es un hecho, pero por sí solo no tiene por qué significar nada. Así, si Hacienda considera que no existen problemas con esos movimientos, no sucederá nada. Pero eso sí, si concibe algún tipo de sospecha, a partir de ese momento puede iniciar una investigación y el ciudadano debe ser capaz de acreditar la procedencia del dinero y demostrar que lo ha declarado de forma correcta para evitarse problemas.
Ante todo, el contribuyente debe saber que tener dinero en efectivo es legal y no implica el pago de impuestos adicionales. Lo que sí debe tener en cuenta es que, en efectivo en casa o en el banco en una cuenta, debe declararlos a Hacienda. Lo habitual es en la declaración de la Renta, donde ese dinero debe quedar clasificado como procedente de rentas del trabajo, de actividades económicas, de capital mobiliario, de capital inmobiliario…
Todo cambia cuando ese dinero en efectivo no se ha declarado previamente. Incluso cuando se declara, pero de forma tardía, una vez que, por ejemplo, se usa el dinero para comprar algún bien o simplemente se ingresa en la cuenta bancaria.
El importe de las multas y los recargos que pueden añadirse a las cantidades adeudadas dependerán de si es el contribuyente el que declara (aunque más tarde lo debido) de forma voluntaria, lo cual reducirá esas cargas, o por el contrario solo lo hacen tras una notificación de Hacienda, lo que puede llegar a elevar las multas hasta entre el 50 y el 150% del dinero no pagado.
Los riesgos de tener el dinero en efectivo en casa
Vérselas con Hacienda es uno de los riesgos a los que se enfrentan las personas que almacenan el dinero en efectivo en sus hogares, pero no el único. Desde HelpMyCash han elaborado una pequeña lista de los peligros que acechan a estos ahorradores más ‘caseros’.
El comparador apunta a los robos como uno de estos riesgos. Tomando como referencia los datos del Ministerio del Interior que cifran en más de 70.000 los robos en domicilios. Así, se aconseja guardar el dinero en sitios recónditos: en una maceta, en un enchufe falso…
Tener el dinero en casa también puede lo expone a que sea víctima de sucesos como inundaciones o incendios. Esto puede ser realmente problemático si no se ha contratado un seguro que nos cubra ante estas situaciones.
Por último, y no menos importante, al guardar el dinero en casa también hay que afrontar el posible efecto de la inflación, que nos hará perder poder adquisitivo, ya que ese dinero se va devaluando a medida que aumenta la inflación.
Fuente: ElEconomista.es