Montero en el Senado y Calviño en el Congreso defienden, con apenas unos minutos de diferencia, que la recuperación pasa por un endurecimiento fiscal y reducir el «gap» en recaudación con Europa.
Para el Gobierno de Pedro Sánchez, reconstrucción económica y subida de impuestos son dos términos indivisibles. La primera parte no se concibe sin la segunda, y así los expusieron ayer con meridiana claridad y casi al mismo tiempo las dos ministras directamente responsables de esta política. Primero, ante la comisión de Hacienda del Senado, María Jesús Montero; apenas unos minutos después, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ante la comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados.
«Necesitamos tener un sistema fiscal sólido, adecuado al Estado de Bienestar que corresponde a nuestro país, y ello exige abordar el gap de ingresos que España tiene respecto a la media de la zona euro», defendió Calviño durante su intervención, calcando así lo que Montero apunto con, probablemente, más claridad.
«Los niveles de tributación en España están siete punto por debajo de la Eurozona. Es obvio que contamos con un claro margen de mejora de la recaudación», defendió la también portavoz del Gobierno. Y, por si quedó alguna duda de cuál es el mensaje que el Ejecutivo quiso lanzar desde los dos Cámaras, añadió: «Sin un sistema tributario justo no hay Estado de derecho, Sanidad pública, Educación gratuita ni cuidado para nuestros mayores. Sin impuestos, lo que manda es el sálvese quien pueda, que es lo mismo que quien ha nacido en una familiar con recursos tendrá mejores condiciones para desarrollar su vida».
Por ello, Hacienda ya está trabajando en unos Presupuestos Generales del Estado, los de 2021, que contengan los incrementos tributarios derivados del aumento en el IRPF para las rentas más altas; un endurecimiento del impuesto de Sociedades; y la denominada fiscalidad medioambiental por la que se elevará el gravamen del diésel. Pero también la tasa Tobin y la tasa Google, que Calviño instó de nuevo ayer a «aprobar cuanto antes», o la armonización fiscal que Montero quiere sacar igualmente en el menor tiempo posible y que no es otra cosa que eliminar las bonificaciones que algunas comunidades presentan en Patrimonio, Sucesiones o Donaciones.
Todos estos ingresos serán necesarios para dar forma a los «presupuestos de la reconstrucción», que tendrán que hacer frente al notable aumento del gasto social que ambiciona el Gobierno al tiempo que trata de frenar los fuertes desequilibrios en forma de déficit y deuda. Y todo ello, después de la peor recesión de la historia reciente de España ante la que el Ejecutivo ya ha descartado cualquier reducción de, por ejemplo, el IVA para reactivar el consumo.
Fuente: ElMundo.es