Unidas Podemos quiere poner en marcha un gran programa de inversiones y protección social que convertiría el Estado en un motor de la demanda interna y la redistribución de la renta. Ese es el programa con el que ha comparecido a las últimas elecciones y el cual requiere de una gran subida de impuestos para financiarlo. Ese será el punto de partida para la negociación con el PSOE de cara a la conformación de un pacto de legislatura que va más allá del acuerdo de presupuestos alcanzado hace poco más de un año.
La reforma fiscal de Podemos tiene dos objetivos claros: aumentar la presión fiscal sobre los beneficios del capital y hacer el sistema más progresivo. Esto provoca que sus propuestas estén encaminadas a elevar la tributación de las empresas y las rentas altas. Por el contrario, propone una rebaja de impuestos a pymes y las rentas bajas (en el IRPF y en el IVA) que contribuya a dar más progresividad al sistema.
Aunque la formación ya no publica memoria económica, es posible estimar el impacto presupuestario de las medidas que propone. En total, la subida de impuestos superaría los 25.000 millones netos (contando también con la pérdida de recaudación de las bajadas de impuestos), esto es, un aumento de la recaudación del entorno del 2% del PIB. Esto permitiría a España acercarse a los niveles europeos, cuya presión fiscal es unos cinco puntos superior a la española.
La principal medida es la creación de un impuesto para las grandes fortunas que tiene un objetivo de recaudación del 1% del PIB, esto es, de algo más de 12.000 millones de euros. Este tributo gravaría a aquellos patrimonios que superaran el millón de euros y se aplicarían tipos progresivos que llegarían hasta el 3,5% para patrimonios superiores a los 100 millones de euros.
Podemos también quiere realizar una reforma en profundidad del IRPF para aplicar una subida significativa a las rentas altas y eliminar deducciones. En concreto, la formación propone un incremento del tipo marginal a partir de los 100.000 euros para las rentas del trabajo que pasarían del 45% actual (con variaciones en función de las comunidades autónomas) hasta una horquilla del 47% al 55%. Este último tramo se aplicaría exclusivamente a rentas de más de 300.000 euros. Por el contrario, la formación propone rebajar en un punto, hasta el 18%, el primer tramo no exento del IRPF. Esta revisión de la tributación de las rentas del trabajo tendría un impacto presupuestario de unos 1.000 millones de euros.
Además, la formación propone “eliminar las deducciones que benefician solo a quienes tienen rentas altas”. Aunque no hay más detalles sobre las deducciones a eliminar, Podemos estimó su impacto presupuestario en el 0,5% del PIB en su memoria económica de 2016, esto es, unos 6.000 millones de euros.
Por último, Podemos propone elevar la presión fiscal sobre las rentas del ahorro, que pagan significativamente menos que las del trabajo. “Corregiremos la injusticia de que las rentas del capital tributen mucho menos que las rentas del trabajo”, explicaba la formación en su programa. Una medida que en 2016 valoraron en el 0,3% del PIB, unos 3.700 millones de euros. En total, la reforma del IRPF tendría un impacto superior a los 10.000 millones de euros, unas 7 décimas del PIB.
Las empresas también pagan
El segundo pilar que sostiene la reforma fiscal que propone Podemos está en las empresas. Desde el año 2007 la recaudación del impuesto sobre sociedades se ha hundido a poco más de la mitad como consecuencia de los cambios en el modelo productivo español y a la existencia de bases imponibles negativas por pérdidas en años anteriores.
Podemos quiere corregir este hundimiento del tributo estableciendo un “tipo efectivo mínimo del 15% sobre el rendimiento neto positivo para los grupos empresariales”. Según la estadística del impuesto sobre sociedades de 2017, el resultado contable de los grupos con tributación en España fue de 118.000 millones de euros, por lo que un tipo mínimo del 15% generaría una recaudación de casi 18.000 millones de euros, esto es, 8.000 millones más de lo que pagaron ese año.
En el caso de las entidades financieras, la propuesta de Podemos es situar el tipo efectivo mínimo en el 20%, lo que aportaría una recaudación extra de unos 2.000 millones de euros. Por el contrario, la formación quiere rebajar la presión fiscal sobre las pymes con una rebaja de dos puntos en el tipo nominal, del 25% al 23%, lo que generaría una pérdida de recaudación de unos 500 millones según la estadística de sociedades de 2017.
Además, Podemos quiere crear algunos impuestos nuevos para corregir ineficiencias del mercado o para elevar la contribución de algunos sectores concretos. En este apartado se enmarca la creación de la tasa Google, valorada por el Ministerio de Hacienda en 670 millones de euros, o un impuesto sobre transacciones financieras, que aportaría 850 millones más.
Por último, Podemos quiere rebajar el IVA a los productos de primera necesidad para dotar de cierta progresividad al tributo. Así, pretende meter en el tipo del 4% los suministros básicos (calefacción, gas, electricidad) y los productos de higiene femenina y alimentos para animales. Por el contrario, pretende establecer un sobrecargo de cuatro puntos a los artículos de lujo (creando así un cuarto tramo que la UE no ha autorizado hasta ahora).
Fuente: ElConfidencial.com