El presidente de Iberdrola renovará en su cargo otros cuatro años más en la junta de accionistas del próximo viernes.
A las puertas de su renovación como presidente del grupo por cuatro años más en la junta de accionistas que se celebrará el viernes, Ignacio Galán recibe a este diario en la planta 37 de la torre de Iberdrola, en Bilbao. «Hemos preparado un plan estratégico hasta 2022 y lo que preguntan los inversores es quién va a ejecutarlo. Nos han dicho que nosotros tenemos que seguir al frente para llevarlo a cabo. Yo me encuentro con ideas y energía y por eso he presentado un plan de cuatro años. Vamos un año por delante de lo previsto en su desarrollo».
Añade que se siente respaldado por los grandes fondos de inversión accionistas del grupo. «Mi función es crear valor sostenible para todos nuestros accionistas, los grandes fondos y los 600.000 particulares que han invertido sus ahorros. La rentabilidad de la acción en 2018, que superó a la del Ibex en 25 puntos, y las recomendaciones de analistas nos hacen pensar que vamos en la buena dirección».
Preguntado si la factura de la luz subirá o bajará durante esta transición energética, el presidente de Iberdrola dice que «hoy las renovables han madurado y sus precios son más baratos que los de las tradicionales. Hay que olvidar errores del pasado, cuando se primaban tecnologías no maduras. Es fundamental adaptar el mercado, dar entrada a estas tecnologías renovables y llevar a cabo una reforma fiscal de acuerdo con el principio de «quien contamina, paga»».
Y subraya que «lo que no puede ser es que energías que no contaminan paguen impuestos y algunas que sí contaminan reciban subsidios, como los que tienen algunas empresas en las islas por producir electricidad con gasoil. Redistribuyamos los impuestos y que los ingresos que tiene el Estado por los derechos de emitir dióxido de carbono sirvan para los que no emiten. En el caso del impuesto de generación sería lógico aplicarlo, pero para los que más contaminación emiten. Porque ahora pagas más impuestos, o los mismos, por energías limpias que por las sucias. Las energéticas que contaminan deberían pagar más impuestos que las limpias.
Sobre el futuro de las centrales nucleares afirma que «la política energética la debe definir el Gobierno y su plan prevé un calendario de cierre de centrales, primero de carbón y luego nucleares, y su sustitución por renovables. El cierre debe hacerse bajo criterios técnicos objetivos y no discriminatorios entre las empresas y las regiones, con máximas garantías de seguridad. Por eso hemos firmado el protocolo con Enresa y las otras propietarias con un calendario que permite alcanzar esos objetivos».
Por último, indica que «es imprescindible contar con la estabilidad institucional necesaria para llevar adelante las reformas que nuestro país aún necesita. El crecimiento y la creación de empleo requieren seguir avanzando en el cambio de nuestro modelo productivo».
Fuente: Abc.es