El Gobierno de Madrid aprueba la semana que viene un profundo cambio en el impuesto, que amplía la bonificación a hermanos y tíos y sobrinos. Creará un mínimo exento de 250.000 euros para la vivienda habitual.
Madrid da un paso más en su estrategia de ahondar en las rebajas fiscales. La próxima semana se aprobará en el Pleno de la Asamblea de Madrid una nueva y pionera vuelta de tuerca al Impuesto de Sucesiones y Donaciones: una bonificación del 15% para las transmisiones entre hermanos y del 10% entre tíos y sobrinos; además de la creación de un mínimo exento de 250.000 euros para donaciones y herencias entre padres e hijos, cónyuges y hermanos que se destinen a la adquisición de vivienda habitual o al lanzamiento de una iniciativa empresarial o de emprendimiento. Con ello, el Ejecutivo de Madrid vuelve a marcar distancias con la estrategia tributaria del Gobierno central y abre una nueva vía fiscal en el terreno autonómico.
Cabe recordar que Madrid fue la primera autonomía en bonificar al 99% las herencias y donaciones entre padres e hijos y cónyuges. A pesar de las fuertes críticas que esta política ha generado entre otras autonomías –que han acusado a Madrid de practicar dumping fiscal– son cada vez más las regiones que han aprobado bonificaciones en este impuesto (Andalucía, Asturias o Aragón, por ejemplo).
Con esta nueva mejora fiscal, planteada por el Gobierno del PP y respaldada por Ciudadanos, Madrid trata de completar su modelo. Hasta la fecha, el pago del impuesto de Sucesiones y Donaciones entre los grupos I y II (descendientes y cónyuges) y los del grupo III (hermanos y tíos-sobrinos) albergaban unas notables diferencias. Los últimos podían llegar a tributar por un gravamen marginal que va, en función del patrimonio preexistente, del 54% al 64,8%, según las estimaciones realizadas en su momento por la Asociación Madrileña de la Empresa Familiar.
La recaudación de estos dos impuestos, en manos de las comunidades autónomas, fue de 2.240 millones de euros según el último Panorama de Fiscalidad Autonómica elaborado por el Colegio de Economistas, con datos referidos a 2015. Curiosamente, Madrid es una de las comunidades donde más se recauda (307 millones) a pesar de la bonificación del 99% en los grupos más numerosos, por la elevada cantidad de operaciones que se producen. La autonomía que más ingresa es Cataluña, con 427 millones, seguida de Andalucía con 336 millones.
La armonización del Impuesto de Sucesiones es una espada de Damocles que pende sobre el Ejecutivo de Madrid desde que inició esta política de reducciones para evitar la doble fiscalidad que entraña este tributo y los umbrales de confiscatoriedad que puede rebasar con tipos por encima del 50%. Sin embargo, hasta ocho comunidades autónomas aprobaron cambios legales en el tributo para el presente año fiscal con diversos tipos de bonificaciones. En una entrevista con EXPANSIÓN el pasado junio, el propio presidente de Madrid, Ángel Garrido, señalaba la posibilidad de ir más lejos en la rebaja fiscal de estos dos tributos si la situación económica era propicia.
La carga fiscal que se genera en las herencias es uno de los motivos que subyace en un fenómeno creciente en España: la renuncia a las herencias. Según los datos del Consejo General del Notariado en 2017 tuvieron lugar 408.402 herencias, de las que se renunciaron a 42.987. Con los datos aún provisionales del primer semestre, de 222.240 Sucesiones se renunció a 24.124. En el caso de Madrid, de 47.499 herencias se optó por el desistimiento en 4.618 casos.
Uno de los motivos para estas renuncias radica también en los gastos relacionados con los inmuebles, pero que con el nuevo mínimo exento que prevé crear Madrid (250.000 euros), se podrá aliviar de forma destacada.
Fuente: Expansión.com